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Supervivencia de los municipios de interior

La vida más allá de la Central Nuclear

La planta tiene previsto su adiós en 2021, por lo que la comarca busca alternativas para mantener su estabilidad laboral

La Central Nuclear de Cofrentes ofrece hasta 720 empleos de manera directa e indirecta. m. a. montesinos

Las poblaciones de interior de la Comunitat Valenciana viven con el temor al despoblamiento por la falta de trabajo. Sin embargo en la comarca de la Vall d´Ayora-Cofrentes este problema no es una amenaza para sus habitantes al tener una gran industria que mantiene la estabilidad laboral, la Central Nuclear. El personal de la instalación cofrentina está compuesto por 381 personas pertenecientes a la plantilla de la compañía eléctrica titular -Iberdrola- y de «335 personas procedentes de diferentes empresas contratistas», tal como señala el portal de la planta energética.

?Pero la Central Nuclear tiene fecha de caducidad. Su licencia de explotación concluye en 2021 por lo que su adiós supondrá una gran pérdida de puestos de empleo para la comarca. No obstante, los ayuntamientos de la región están preparados para contrarrestarlo mediante la potencia de otro sector, el turismo. El entorno rodeado de naturaleza y la riqueza patrimonial son algunos de los factores claves para explotarlos en forma de negocio o para atraer a futuros visitantes que dejen dinero en los municipios. Para ello se han desarrollado diferentes obras, gracias a fondos de la Diputació, para acondicionar los espacios que ofrece la comarca.

La iniciativa más clara la tiene Cofrentes. El balneario, que actualmente ofrece cerca de 200 empleos, es la apuesta para atraer a los turistas tal como desveló Levante-EMV la semana pasada. El consistorio remodelará la instalación termal, gestionado de forma externa pero de titularidad municipal, para que ser un gancho que seduzca a más visitantes. Para ello, la idea que mantiene el ayuntamiento es desestacionalizarlo, aumentando la temporada más allá de los actuales 9 meses que mantiene sus puertas abiertas. Asimismo cuenta con una ampliación futura del comedor y una de la zona termal ya efectiva.

Otra de las iniciativas que el consistorio cofrentino tiene previstas es la formación de personal. La idea es realizar cursos oficiales para formar a los propios empleados o a cualquier habitante de la comarca. Así se constituiría una bolsa de trabajo desde la cual el consistorio tendría la oportunidad de escoger personal cualificado de un entorno cercano. Asimismo, el consistorio cofrentino quiere lanzar un concurso de ideas con la finalidad de conectar los diferentes espacios que conforman el balneario. Y es que la disposición del mismo hace que haya bastante distancias entre las habitaciones de hospedaje y otros recintos como la cafetería o de la central termal.

Con estas medidas, Cofrentes espera impulsar más si cabe su atractivo turístico que se complementa con el Castillo que alberga un museo en su interior que repasa su pasado.

Por su parte, Ayora cuenta entre otros atractivos como la Ruta de las Ermitas, destacando la Iglesia Santa María la Mayor, del siglo XIII, a pies de su Castillo. Para potenciar este enclave, con unas vistas desde las que se aprecia todo el municipio, el ayuntamiento cuenta con la exposición «Secretos Ocultos del Castillo de Ayora» en la que se descubren restos arqueológicos que marcan la historia del municipio.

La ermita es un lugar de peregrinación con una pendiente elevada y una entrada de tierra que el consistorio quiere adecuar y pavimentar para mejorar su estética y atractivo de cara a las procesiones de la Semana Santa ayorina.

Un albergue y un arqueólogo

En otro lado, Teresa de Cofrentes apuesta por un turismo más juvenil con la construcción de un albergue municipal. Ubicado en la plaza junto al ayuntamiento, esta vivienda que era el hogar parroquial contará con 60 plazas disponibles previsiblemente para 2019. El fácil acceso a las rutas también ha motivado que la estancia cuente con un porche con bicicletas para alquilar.

Pero la apuesta por el turismo va más allá de acondicionar instalaciones antiguas, sino también de descubrir los puntos a favor para explotar estos recursos históricos. Es el caso de Jalance que entre su plantilla cuenta con un arqueólogo para poner en valor su riqueza patrimonial. Estas iniciativas buscan la supervivencia de unos municipios que han dado con la clave para vivir donde han decidido que quieren vivir.

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