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Un hallazgo sorprendente

El diario de un joven carlista

Un chelvano de 14 años narró desde 1821 y durante años las penurias y batallas de las guerras carlistas junto a Cabrera

El diario de un joven carlista

«Libro ystorico delos servicios hechos por Dn. Cayetano Lopez en favor del trono legitimo» es el título que «en 17 de Nobiembre, del año, de 1821», le puso a un manuscrito un niño entonces, «de 14 años no cumplidos», llamado Cayetano López y Martínez, vecino de Chelva, donde narraría todas las vicisitudes vividas de las guerras carlistas en las que participó hasta el 30 de noviembre de 1856, así como su posterior exilio en Francia.

El libro estaba abandonado, con otros muchos, en el trastero de una casa de uno de los pueblos donde sirvió como cura párroco el sacerdote José Moreno Just, natural y vecino de La Font d´en Carròs, a quien le fue donado, entre otros libros antiguos por sus poseedores, en la seguridad de que sabría apreciarlos y utilizarlos mejor. Cuando cesó de sus cargos pastorales, siendo emérito y con más tiempo para la lectura, el sacerdote comenzó a revisar y catalogar los libros donados y se encontró con la sorpresa de hallar el manuscrito que es el día a día de las jornadas más importantes de las guerras carlistas que él mismo vivió en primera persona desde muy joven. Ahora trata de ver donde histórica y culturalmente más puede convenir al interés general depositarlo.

El muchacho se enroló en una de las partidas carlistas que hacían correrías por la zona de Chelva hasta tierras de Cuenca, mandada por un ex militar, Tomás Esteban, «Jefe que abia sido del Exercito, y en la actualidad se hallaba retirado en Chelva», pueblo donde residía el adolescente. Se fue el adolescente con la guerrilla al ser invitado por el líder del grupo a formar parte de ellas como cronista de guerra, para que contara de sus acciones, sabedor de sus buenas cualidades para la escritura tanto en el fondo como en la forma, por su preparación a tan temprana edad. Desde entonces, el joven escritor no se desprendió en todos los años de guerra de su libro, donde anotaba los sucesos más importantes que presenciaba. A las pocas semanas de su incorporación ya fue nombrado Cabo 2º.

Es el manuscrito un valioso testimonio escrito en primera persona de las contiendas entre tropas liberales o isabelinas y las carlistas, partidarias del pretendiente don Carlos. Cerca de 300 folios redactando con buena letra, valiosa y prolija en detalles de muchas de las acciones bélicas de las citadas guerras, sin lugar a dudas importante fuente documental..

Relata en el manuscrito de campaña imortantes hechos bélicos ocurridos en Coves de Vinromà, Sant Mateu, Ulldecona, Xert, Alcañiz, Sènia, Torreblanca, Morella, Losa del Obispo, Villar del Arzobispo, Gandesa, Caspe, Llangostera, Chelva, Benaguasil, Chiva, Beceite, Vilafamés, Lucena, Mora de Ebro, Forcadell, Cheste€

La Batalla de Cheste

Unas de las páginas más estremecedoras del libro es cuando da cuenta de la Batalla de Cheste, ocurrida el 2 de diciembre de 1838, entre tropas isabelinas y las carlistas dentro de la campaña del Maestrazgo durante la Primera Guerra Carlista y en la que tuvieron 400 bajas, siendo fusilados 66 prisioneros carlistas. Hoy quedan en rocas y árboles del campo de Cheste indicios de aquella batalla. El precoz cronista cuenta que «de tantos heridos, cansancios, y fatigas abia quedado inutilizado que apenas podía montar a caballo, y trate con Cabrera y me dijo que podia pasar a un servicio pasivo como después me lo concedio». Debió salvarse, porque el jefe de los liberales ordenó que se fusilara a los carlistas jóvenes, pero no a los niños y ancianos que iban con ellos.

También da cuenta de lo sucedido en la prisión de las Torres de Quart en octubre de 1838, las represalias sanguinarias de uno y otro bando, las feroces actuaciones de Cabrera, los saqueos en los pueblos, el forzamiento a los pueblos a donar víveres y dinero para el sostenimiento de las tropas, etc€

Cayetano López y Martínez tuvo una carrera fulgurante. A los 28 años, el General Cabrera, apodado el León del Maestrazgo, le otorgaba el título y cargo de Capitán y dos años más tarde, el rey carlista Carlos V le ascendía a Teniente Coronel mediante una Real Orden firmada en Estella. Acabaría exiliado en Francia, regresando a España en 1856 al conseguir un indulto y fijando su residencia en San Mateo, donde su monarca le daría el título de Brigadier de Caballería y allí acabaría el dietario de guerra, casi memorias, ahora ya con letra trémula y desorganizada, muy distinta a la firme y segura del principio del texto.

Acompaña a la crónica oficios mantenidos con el general Cabrera y la Casa Real carlista, entre ellos una curiosa comunicación de la muerte «del rey Dn. Carlos Sesto» acontecida el 13 de enero de 1861, escrito remitidopor el secretario de S.M. , Niceto Muñino, «abiendo recibido con gran hedificacion los Santo Sacramentos». El pretendiente carlista, antes de morir pidió que «en su Real Nombre les diese las gracias a todos por su amor, adicion, y fidelidad a su Augusta persona y por la constancia que an soportado las privaciones en la himinigracion y demás adversidades por no habandonar la Justa Causa».

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