La Guardia Civil ha detenido en Crevillent a cuatro hombres españoles de entre 23 y 51 años, miembros de una peligrosa organización criminal de esa localidad, a las que se les atribuye los presuntos delitos de: un homicidio en grado de tentativa, tres delitos de detención ilegal, tres delitos de amenazas, cuatro delitos de lesiones, un robo con violencia, un delito de tenencia ilícita de armas, un delito de tráfico de drogas y un delito de pertenencia a grupo criminal.

Esta organización se dedicaba a la venta de sustancias estupefacientes y obligaba a otras personas a trabajar para ellos como vendedores de droga manteniéndolos encerrados en un zulo de 10 metros cuadrados durante días.

A inicios del mes de marzo pasado, la Guardia Civil de Crevillent detectó que varias personas habían formado un grupo organizado dedicado a la venta de cocaína y heroína en ese municipio. Sin embargo, los componentes de esta banda criminal, intentaban no ser relacionados directamente con la venta de esta sustancia, y empleaban un lugar alejado de sus domicilios y a otras personas ajenas al grupo para hacerlo.

Su centro de operaciones lo montaron en una casa baja de Crevillente, cuya entrada permanecería siempre abierta. En su interior, construyeron un zulo, de tan sólo 10 metros cuadrados, asegurado con bloques de hormigón y una reja metálica de acero de gran densidad, que sería utilizada como ventanilla de venta de droga.

Para captar a los vendedores, eligieron a consumidores que habían adquirido una deuda de dinero o de droga con ellos, y a los que, tras una brutal agresión, les introdujeron a la fuerza en el zulo y obligaron a vender droga hasta que saldaran su deuda. De esta forma, llegaron a introducir a tres hombres (uno cada vez), españoles de entre 19 y 38 años, a los que tuvieron viviendo, entre 3 días y hasta 3 semanas, bajo unas condiciones infrahumanas e insalubres, sin agua corriente, sin poder asearse, e incluso teniendo que realizar sus necesidades en una garrafa de plástico.

Salir de este zulo era prácticamente imposible, pues los miembros de la organización ejercían un control exhaustivo sobre ellos: les dotaban de un terminal móvil para recibir llamadas de los compradores que debían atender durante las 24 horas del día, les suministraban la droga para su venta, y recogían las ganancias. Durante esas visitas, les agredían y amenazaban con causarles daño a sus familiares, si informaban a alguien de su situación.

Averiguar la verdadera identidad y localizar a los integrantes del grupo fue una tarea ardua para los agentes, pues cambiaban de domicilio frecuentemente para no ser localizados. Los cuatro componentes estaban buscados por la Guardia Civil por haber cometido un presunto homicidio en grado de tentativa en el mes de marzo, cuando se introdujeron en un vehículo conducido por un joven marroquí de 32 años, le golpearon, le intentaron atropellar al huir del coche, y dispararon hasta en dos ocasiones con un arma de fuego, aunque sin llegar a recibir ningún impacto.

Una vez recabados los datos suficientes, se practicó la entrada y registro en dos domicilios de Crevillent, y en la vivienda donde estaba el zulo, dentro de la misma localidad. Allí se intervinieron 170 gramos de cocaína, 8 gramos de heroína, 300 gramos de marihuana, elementos de corte de la sustancia, pesaje, 7000 euros en efectivo, así como un sistema de grabación de cámaras listo para ser instalado en el zulo para poder controlarlo a través de webcam.

La Guardia Civil de Crevillente procedió a la detención de estos cuatro hombres, todos españoles, de edades comprendidas entre los 23 y 51 años, a los que se les imputa los presuntos delitos de amenazas, lesiones, detención ilegal, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y tráfico de drogas. Tras ser puestos a disposición del Juzgado de Instrucción nº 1 de Elche, quien llevaba la causa, se ha decretado el ingreso en prisión preventiva sin fianza de todos ellos.