Solo ha pasado un año desde que el Circuit de la Ribera, ubicado entre Algemesí y Guadassuar -en término de este último municipio-, abriera al público. En los alrededor de 370.000 metros cuadrados que ocupa, este complejo automovilístico dispone de cuatro circuitos simultáneos en los que celebra carreras de karts -entre ellas un campeonato autonómico-, super motard, car cross y otras actividades de seguridad vial o concentraciones de coches, como la que tiene todavía prevista para septiembre de este mismo año.
Esta iniciativa, en la que un inversor francés afincado en España, Pascal Hidalgo, ha invertido alrededor de 10 millones de euros, había arrancado con cierto éxito. De hecho, el circuito ha recibido durante este tiempo visitas de grandes marcas como Ferrari, BMW u Honda para comprobar sus posibilidades para realizar distintas pruebas.
Además, el compejo cuenta con alrededor de una cuarentena de trabajadores de Guadassuar y otras poblaciones cercanas, que ya mostraron su malestar ante la orden de cierre emitida por el ayuntamiento en el último pleno municipal.
Es más, todo apuntaba a que el proyecto iba a ser más ambicioso todavía y su promotor incluso presentó una petición de ampliación de actividad, que fue rechazada por el ayuntamiento tras la anulación de la licencia ambiental conseguida con la declaración responsable de apertura. Ahora, con la orden de cierre emitida por el consistorio, el futuro del proyecto parece que pende de un hilo.
