Como cada primer fin de semana de septiembre, Enguera huele a hinojo -planta conocida en esta villa como «sangil»- . Un aroma que impregna cada rincón de este pueblo que cuenta incluso con una calle dedicada a este santo. Ayer se celebró un año más la tradicional bendición de los sangiles en la plaza de la Iglesia de Enguera que como suele ocurrir se encontraba abarrotada de niños, acompañados por sus padres y abuelos. En total, más de mil personas portaban su «sangil» para ser bendecidos.

A las 10 horas el párroco de Enguera se dirigió a todos los presentes desde la gradas de la iglesia para bendecir los manojos de hinojo que adoptaron todo tipo de formas: cruces, porras, unos más largos o más pequeños y también los niños hacen imaginativas figuras de motos, cazuelas, coches e incluso carros. Todo un derroche de ingenio que cada año se va superando.

En esta acto también estuvieron presentes los niños San Gil ataviados con el traje típico enguerino y acompañados por miembros de los Junior. Una vez concluyó la bendición, tuvo lugar la tradicional procesión que tras recorrer varias calles de la localidad, finalizó en la plaza del Convento, y que estuvo amenizada en todo momento por un grupo de tabalet y dolçaina que interpretaron la canción de San Gil hasta que terminó el desfile que se disolvió con el popular cántico «Viva San Gil con las patas de Badil y las orejetas de Bufacandil».

La Cooperativa del Campo de Enguera, entregó como presente a los congregados en la plaza, un panet impregnado con aceite de oliva del Campiñero.

Visita guiada por el pueblo

Junto a la fiesta central de la bendición y la procesión, tuvieron lugar otras actividades como una visita guiada por las calles de Enguera, que permitió a los turistas y vecinos de la localidad conocer en profundidad los monumentos más importantes que salpican el término municipal, conducidos por el guía enguerino, Toni Juan.

Otro de los eventos organizados fue el X encuentro de Bolilleras y de Artesanía del Hilo, donde participaron las bolilleras locales y de otros municipios de la comarca así como de pueblos invitados.

Los más pequeños también tuvieron sus actividades con un taller infantil. La guinda al día lo puso la entrega de los premios para cada categoría de sangiles y una ruidosa «globotá».

La fiesta de San Gil fue organizada por la Concejalía de Fiestas y contó con la colaboración de varias empresas y asociaciones enguerinas así como varias agencias y entidades turísticas valencianas y la Agencia de Fomento e Iniciativas Comerciales de Enguera.