La gota fría sobrevuela todos los mapas de predicciones de los últimos días. La Marina Alta está en el ojo del huracán y día si, día no, sus vecinos están con un ojo en el tiempo. Pese a que las predicciones no aciertan estos días, en el imaginario de todos está que con el calor que ha habido este verano, la gota fría llegará. Y para eso habrá que estar preparados. Por este motivo los ayuntamientos están redactando escritos para instar a la Confederación Hidrográfica del Júcar a que mantenga limpios los cauces de los ríos. Dos de ellos fueron tristes protagonistas hace años.
En Dénia desemboca el río Alberca y el Girona. El primero no alcanza el mar, ya que la playa lo impide, el segundo tiene de nuevo un tapón de algas. Hacia el interior, el panorama es diferente según el tramo del cauce se encuentre en el interior de una población o no.
Así en Els Poblets, El Verger o Lliber, según pudo comprobar este diario ayer, el cauce está impoluto. En cambio, la estampa es diferente, si se sale del entorno de esos términos municipales. Las cañas campan a sus anchas, por ejemplo en el tramo de río entre Ondara y El Verger, no se puede siquiera ver el lecho. Igualmente pasa en el río Gorgos, la última parte de su cauce está completamente tomada por la vegetación, hasta enormes eucaliptos crecen aguantando las fuertes riadas. Por ello, en Xàbia han reclamado a la Confederación Hidrográfica del Júcar que lo limpie, una demanda que se repite año tras año.
Los concejales de Xàbia Kika Mata y Dénia, Josep Crespo señalaron a Levante que han remitido unos informes a la Subdelegación del gobierno para pedir esas actuaciones. Junto a ellos, todos los ayuntamientos que esperan que la Confederación acometa esas actuaciones en los cauces y ríos. Mientras llega, estos dos municipios, comentaron los dos concejales, han acometido pequeñas acciones de limpieza de barrancos, regatxos y otros cauces menores para tenerlos listos en caso de que llegue una nueva riada a la comarca.
