El que fuera alcalde de Chiva entre 2005 y 2015 y ahora portavoz del PP en el mismo consistorio, José Manuel Haro, cargó un total de 42.891,41 euros en gastos de protocolo a la Diputación de València mientras ejerció de diputado provincial en el período entre 2007 y 2015. ¿Pero en qué gastó ese dinero? Según las facturas que pasó a cuenta de la administración provincial, a las que ha tenido acceso Levante-EMV, Haro cargó a la diputación desde platos de alta cocina como jamón ibérico, pulpo al horno, mariscada gallega, caldereta de anguilas, solomillo al foie o menús gastronómicos de degustación de 85 euros por cabeza hasta botellas de prestigiosos vinos, cubatas o incluso tabaco.

Eso sí, todos estos gastos de Haro, que era uno de los «hombres fuertes» del entonces presidente de la diputación, Alfonso Rus, contaron con el visto bueno de Intervención y del que era su jefe de gabinete, el exalcalde de Genovés, Emilio Llopis, que firma cada una de las facturas. Tanto Rus como Llopis están siendo investigados en el marco de la operación Taula por los presuntos delitos de prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, cohecho y blanqueo de capitales.

Según se desprende de las facturas, que salen a la luz a petición del grupo EUPV, el período en que salen reflejados los mayores gastos cargados por Haro -que ostentó el cargo de diputado provincial de Modernización y Nuevas Tecnologías así como el de Gestión Tributaria- se produjo sobre todo entre los años 2009 y 2011, cuando acumuló un desembolso de 29.000 euros.

El nivel de gasto de Haro descendió en picado a partir del año 2012, cuando la Administración de Montoro empezó a aplicar medidas de austeridad para los distintos estamentos de poder. Así, Haro pasó de gastar entre 8.000 y 10.500 euros cada año entre 2009 y 2011, a cifras que no superaban los 2.600 euros anuales durante el resto de su estancia en la diputación hasta 2015.

La mayor parte de las facturas vienen tipificadas con el concepto «Almuerzo» -aunque también las hay de taxis, viajes u hoteles-. Se trata de comidas -o cenas- en distintos restaurantes de localidades como la propia Chiva, Gandia, València o Madrid. De todas esas cuentas, un total de 129 ascendían a cantidades de entre 100 y 200 euros, 40 se encontraban entre 200 y 500 euros e incluso había dos que superaban esa cifra. Estas son concretamente una de 603,45 euros del año 2009 y otra de 539,62 euros de 2011.

En el desglose de las facturas no faltan platos de alta gastronomía, licores, botellas de vino, cubatas o incluso «cigarrillos» o «tabaco», que eran cargados a las arcas de la diputación. Entre otras «delicatessen», Haro y el resto de comensales que compartían mesa con él pudieron degustar jamón ibérico (18,50 €), jabugo (18,50 €), caldereta de anguilas (15,90 €), pescado de mercado (15,90 €), pulpo al horno (18 €), solomillo al foie (21,50 €), chuletón a la brasa (22 €), entrecot de buey (18 €), calamar fresco al peso (70 €/kilo), jamón de bellota (19 €), atún con marmitaco (20,50 €), cochinillo confitado (desde 21,30 a 22 €), chuletón txistu (35 €), lomo de buey (45 €), un chuletón de 43 euros o menús de degustación de 38, 45 y hasta 85 euros por cabeza.

Y para acompañar al buen manjar en el estómago tampoco faltaban los buenos vinos -con botellas que habitualmente van desde los 18 hasta los 33 euros-, champagne (Franck Bonville Rose de 45 €) o licores como vermús, pacharanes, coñac, oporto e incluso gin-tonics (Beefeater, Larios 1866, Bombay Azul o Citadelle) o cubatas con ron (Cacique). Entre los gastos también figura, por ejemplo, una cuenta detallada como «Bar Hall» de 179,20 euros en el hotel Astoria Palace de Madrid, un curso de «Community Manager» del Instituto de Empresa de 1.800 euros o estancias en hoteles de Madrid y Barcelona que llegan a alcanzar los 180 euros por noche.

El coordinador de IU en Chiva, Manuel Clemente, ha pedido la dimisión inmediata de Haro como concejal tras el conocimiento de estas facturas. «Nuestras sospechas eran ciertas. El trabajo de EU durante muchos años ha dado sus frutos. Estamos ante hechos probados. Utilizó su cargo público para llevar un alto nivel de vida a costa del dinero público, con noches en hoteles de cinco estrellas o comidas en los mejores restaurantes, y también en cubatas y hasta en tabaco», criticó. «Si no dimite, serán el PP de Chiva e Isabel Bonig quienes tengan la pelota en su tejado. La regeneración democrática no pasa por proteger estas vergonzosas conductas», apostilló.