El vertedero ilegal de Chiva que llegó a albergar hasta 2.000 toneladas de neumáticos ya está limpio. La Conselleria de Medio Ambiente ha dado por finalizados los trabajos de retirada del caucho iniciados durante el pasado mes de octubre.

Los propietarios de esta parcela de unos 7.000 metros cuadrados ubicada en el polígono industrial de la Pahílla habían ido acumulando desde hace más de 15 años estas 2.000 toneladas de ruedas, que ahora yacían completamente abandonadas y sin ningún tipo de cuidado desde hace al menos dos años. Esta situación provocó la preocupación tanto de los dueños de las naves vecinas como de las autoridades ante el peligro de incendio que suscitaba el depósito, más si cabe después del desastre generado por el fuego que arrasó en 2016 el mastodóntico vertedero de neumáticos de Seseña, en Toledo.

La Conselleria de Medio Ambiente ya abrió un expediente a la empresa propietaria en 2003 por la ilegalidad de la actividad. El consistorio, asimismo, aseguró que inició gestiones en 2017 con los dueños, a los que sancionó administrativamente, para que limpiaran la parcela. Sin embargo, estos se justificaron en que no podían hacer frente a dicha actuación porque la compañía había entrado en concurso de acreedores.

Ya en junio del año pasado la Fiscalía reclamó al Ayuntamiento de Chiva que tomara medidas urgentes para limpiar el depósito ante el alto riesgo de incendio que suponía esa gran pila de neumáticos sin control alguno.

Poco tiempo después, a finales de octubre, la Conselleria de Medio Ambiente pasó a la acción definitiva y, tras obtener la orden judicial necesaria para acceder al depósito y realizar una declaración de emergencia -de la que tomó razón el Pleno del Consell en el mes de noviembre-, inició los trabajos de limpieza de la parcela de manera subsidiaria.

La actuación en cuestión fue encargada a la empresa Tragsa y ha supuesto un coste de 459.423,97 euros, según indicó la Conselleria de Medio Ambiente. Las mismas fuentes señalaron que los neumáticos recogidos serían enviados a un gestor de residuos autorizado para que los triturara en una planta de reciclaje externo para su gestión y valorización.

Tras apenas tres meses de trabajos, el vertedero en cuestión ya permanece limpio y sin restos del polvorín de neumáticos en que se convirtió durante década y media, lo que permitirá que los trabajadores y propietarios de las naves de la zona, así como los vecinos de Chiva, puedan respirar con más tranquilidad sin temor a un incendio inminente.