La ruta del agua de Chelva es un itinerario turístico, de gran interés, de trazado circular que combina naturaleza y cultura en un agradable paseo de aproximadamente tres horas de duración con áreas de descanso. En el trayecto, nunca os abandonará el rumor del agua de las numerosas fuentes, lavaderos, acequias y sobre todo del río Tuéjar o también llamado río de Chelva.

La ruta, que se inicia en la Plaza Mayor de Chelva, es un recorrido guiado por señales y panales informativos que facilitan el recorrido. Cabe decir que podéis iniciar también este recorrido desde Calles, tal y como indicamos posteriormente. Esta iniciativa, promovida por el ayuntamiento de Chelva en colaboración con la Agencia Valenciana de Turismo, discurre por el centro histórico de la localidad valenciana y por parajes singulares del río de Chelva. Una ruta que os encantará, donde se mezcla cultura histórica y naturaleza.

Durante el recorrido podréis observa recorrer el Barrio Árabe de Benacacira, construida en el siglo XI sobre un promontorio (elevación del terreno o monte de poca). La medina musulmana que se halla en el barrio conserva en la actualidad su trazado urbano intacto, todo un lujo. Paseando por sus callejones, el susurro del agua y la blancura de sus casas, os evocarán a las raíces históricas de esta villa para transportaros a este lugar. En el centro del barrio se alza la bella Ermita de la Soledad, que data del siglo XVII, construida sobre la que fue la primera mezquita musulmana del lugar.

Sin salir de la ciudad y a otro extremo, se sitúa el Barrio Judío del Azoque, donde la aljama judía permanece intacta en su trazado y ambiente, recogida y cerrada al exterior a través de sus callejones estrechos y soportales, como el de la Parra, Camote o la antigua Cuesta del Onsal, ahora llamada Cuesta de misa.

Muy cerca se encuentra el Barrio Morisco del Arrabal, de origen mudéjar. El Arrabal surge a partir del siglo XIV, extramuros, con un trazado sinuoso y descendente. Actualmente conserva tres de las muchas joyas arquitectónicas del municipio: la Ermita de Sta. Cruz, antigua mezquita del arrabal de Benaeça (s. XIV), que ha mantenido su estructura interna original; la Ermita barroca de los Desamparados (s. XVII), y el Consejo de la Villa o Antiguo Ayuntamiento, (s. XVI), situado en la plaza del Arrabal, centro histórico neurálgico de la Villa, lugar de mercado y punto de encuentro de la vida medieval, del barrio morisco y los barrios judío y cristiano.

Por último, dentro de la villa, tenemos el precioso Barrio Cristiano Medieval, un barrio construido después de la conquista de Jaume I. Algunos de estos barrios, como Murtera, Ollerías o Moreras, crecieron en torno al barrio de árabe de Benacacira y el palacio, orientados hacia el río y ampliándose la muralla para ir acogiendo las nuevas disposiciones y que no se quedaran extramuros. Cabe destacar, y resaltar, como los antepasados de la villa siguieron como patrón al agua para que hoy los que visitan Chelva puedan disfrutar de la maravillosa ruta del agua.

Abandonando la villa por las indicaciones de la ruta, se dirige uno hacia a seguir el camino del río de Chelva, el Túejar, principal afluente del río Turia. Este precioso río será vuestro acompañante perfecto en esta preciosa ruta que os acompañara a un paseo por su orilla donde podréis disfrutar de vegetación típica de ribera (chopos, baladres y cañares). Las aguas de este rio han servido, a la largo de la historia, al hombre en todo tipo de tareas útiles además de abastecer como principal recurso y necesidad. Recursos como la obtención de energía, la molinería o el riego, donde nuestros antepasados árabes nos dejaron su gran legado dispuesto en numerosas partes de nuestra Comunidad.

La Ruta del Agua desde Calles o desde Chelva, es de obligada visita para los amantes de la naturaleza.

Pero si algo tiene de especial el recorrido por el río o sus alrededores, además de la vegetación y un entorno magnífico en plena naturaleza, son los numerosos legados arquitectónicos y lugares con un gran patrimonio para preservar, tales como el acueducto romano de Peña Cortada, restos de antiguos molinos harineros y bataneros de origen árabe o por ejemplo, mucho más actual y con valor anecdótico, una antigua central eléctrica que irrumpe en el camino como si estuviera fuera de época.

En el camino hallaremos restos de antiguas ruinas, zonas recreativas donde descansar, miradores o, por ejemplo, cruzaremos por diversos túneles o pasos que darán, aún más si cabe, un atractivo añadido a este precioso paraje que podéis, sin embargo, iniciar el recorrido a la inversa desde Calles.

Lo primero que os llamara la atención, sin ninguna duda y antes de adentraros de lleno en para poder alcanzar el Molino Puerto, será la impresionante obra arquitectónica del acueducto romano de la Peña Cortada, obra que os marcará el inicio para la visita de diversos lugares ya en plena naturaleza. A este acueducto se le considera especial por ser uno de los cuatro principales acueductos de la Península. Un lugar precioso y único en nuestra Comunidad Valenciana. Resulta que el Sendero de la Peña Cortada, es uno de los más espectaculares de toda la Comunidad Valenciana, ya que el hecho de caminar por dentro de un viaducto y pasar por encima de un acueducto romano, no es una práctica habitual que se pueda hacer todos los días. Además, entre uno de sus preciosos encantos está el de poder caminar por túneles iluminados de este paraje, el de Peña Cortada.

Tras pasar por el acueducto nos dirigimos hasta, el Molino Puerto, que son los restos de un antiguo molino de la época medieval que se mantuvieron en funcionamiento hasta mediado el siglo XX. A escasos metros del área recreativa de Molino Puerto se encuentra La Playeta. Paraje singular del río de Chelva, sus cascadas, saltos y remanso lo convierten en una zona tradicional de baño, una más de las que os hablamos en nuestro artículo de "las mejores zonas de baño de la Comunidad Valenciana (pincha aquí). Recibe su nombre de la arena de arrastre acumulada en la orilla. El encajonamiento del río aguas arriba y la abundante vegetación, forman rincones de gran belleza con claras connotaciones de origen árabe, como por ejemplo la a Mozaira, Orán u Olinches. Nos detenemos en este último, muy cerca de La Playeta, para resaltar sus características. El Paso de Olinches es un túnel, de 107 metros de longitud excavado con pico y barrena en la roca, que os permitirá adentraros en uno de los parajes más extraordinarios del río. Por él discurría el agua desde la presa de Olinches, último tramo de la ruta, hasta la fábrica de la luz.

Caminando sobre parte del canal, el rumor de las cascadas no os abandonará. En la presa, área de descanso, podréis contemplar aún el tradicional mecanismo de compuertas que regulaba el caudal desviado para suministra de luz a Chelva y los pueblos vecinos.

Al otro extremo de la ruta circular, os encontraréis, como ya os hemos comentado, la Fábrica de la Luz, un lugar con historia ya que Chelva fue el primer pueblo de la Comarca de la Serranía que dispuso electricidad, gracias a las dos centrales generadoras que se construyeron aprovechando la energía hidráulica. La primera "Hidroeléctrica Chelvense" se ubicó en el Molino del Peludo, cerca de La Playeta. Años más tarde se construyó una segunda central, de la que os estamos hablando, ampliada en la década de los años 20 para crear la hidroeléctrica "Luz y Fuerza del Chelva", y que abasteció durante tiempo atrás a los municipios de Calles, Domeño, Loriguilla, Villar del Arzobispo y Chelva. Esta central continuó su expansión construyéndose en 1952 el canal principal que desde el paraje de Olinches, junto a la Playeta, recogía el agua hasta el Salto de La Luz, excavado en la roca. Un lugar que se mantuvo hasta 1981 y que forma parte del boom y auge que tuvo la importancia del agua en nuestro país, del que todavía puede verse reflejado en presas y otras disposiciones, por poneros un ejemplo.

Muy cerca del este último lugar tenemos las Cuevas del Montecico, desde donde se disfrutan de una panorámica privilegiada, pudiendo apreciarse parte de la histórica villa de Chelva, el Pico del Remedio (1054) y la Torrecilla, una torre vigía de origen musulmán utilizada hasta las guerras carlistas (siglo XIX). Resultan de especial interés las curiosas formaciones calcáreas de las terrazas fluviales del río, así como las cuevas excavadas en las paredes. También se encuentran cuevas similares río abajo, en la zona de la central eléctrica "Luz y fuerza del Chelva". Cabe destacar de que hay constancia de que estas cuevas estuvieron habitadas hacia finales de la dominación árabe (siglo XII - XIII), utilizándose muchas de ellas como almacén de grano y refugio en enfrentamientos.