Un mensaje de Iberdrola en el que se le informaba de que le daban de baja a su contrato y un posterior cargo a su cuenta bancaria de 26,92 euros de una comercializadora energética que, hasta el momento, desconocía su existencia. Es lo que se encontró un vecino de Sueca -que prefiere mantenerse en el anonimato-, que ha alertado a este diario de una supuesta estafa en la contratación del servicio eléctrico que, a la vista de las quejas emitidas por otros usuarios en internet y la propia respuesta emitida por la compañía en cuestión a consultas de Levante-EMV, se habría extendido a más ciudadanos.
Una vez recibidos el mensaje de su baja de contrato con Iberdrola y la factura eléctrica con su «nueva» compañía comercializadora de suministro energético, el denunciante se puso en contacto con ésta última para preguntar por qué le habían hecho ese cargo. «Me dijeron que tenían una grabación en la que yo había dado permiso para el cambio de compañía», relata el denunciante. Sin embargo, él estaba convencido de que eso no había ocurrido, por lo que reclamó dicha grabación.
La empresa no dudó en facilitarla y el usuario comprobó que sí existía dicho registro, pero descubrió dónde estaba el truco: la grabación estaba manipulada. El vecino de Sueca afectado cayó entonces en la cuenta de que en las semanas previas había recibido varias llamadas telefónicas en las que le ofrecían descuentos en el precio del servicio de suministro energético, pero que éstas no le convencieron y se negó a alcanzar un acuerdo. «Me habían llamado diciendo que eran de Iberdrola y que me podían reducir un 15 % la factura, pero no lo acepté», cuenta.
¿Y cómo manipularon la grabación? Al parecer, con un simple «corta y pega». Escogieron los «sí» y los «vale» del cliente y los incorporaron como respuesta al consentimiento que necesitaba la nueva compañía, de manera que se simulaba que el usuario estaba de acuerdo con el cambio de contrato. Con esa grabación, la empresa habría gestionado la baja del contrato del usuario con Iberdrola y habría dado el alta con su entidad.
Se da la circunstancia de que el vecino en cuestión es ingeniero y pudo demostrar con facilidad la manipulación realizada en la grabación que amparaba el nuevo contrato. Así, captó la frecuencia de los cuatro «sí» pronunciados durante la charla y probó que eran exactamente el mismo «sí». Además, hizo lo propio con los tres «vale» registrados en la grabación, al tiempo que incidió en la desaparición de ruido de fondo durante algunos tramos de la locución presentada, lo que demostraba que ésta se había parado y reiniciado.
Este usuario de la RIbera Baixa envió las observaciones a la compañía que, tras comprobar sus argumentos, devolvió al cliente los 26,92 euros que le había facturado. «Yo he podido solucionarlo, pero ¿a cuánta gente más pueden haberle hecho lo mismo y no tienen los medios para poder demostrar que no habían dado su consentimiento?», añade el denunciante. De momento, él asegura que ya ha presentado la documentación que demuestra estos hechos ante la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC).
Responsabilizan al «call center»
Fuentes de la compañía comercializadora responsables del cambio de contrato relatado -con sede social en Vigo- admitieron a consultas de este periódico que habían recibido varias reclamaciones en este sentido. Asimismo, aseguraron que el problema reside en la mala praxis de un «call center» que tenían contratado para adquirir nuevas altas, con quien, según su versión, ya habrían roto relaciones.
