Términos como «recotxa», «jugaora», «setí» o «sistar» son palabras que domina a la perfección Sari Gil Montolío, la primera mujer que asume la gestión del agua de la Font de Quart de Les Valls. Se trata de un histórico paso adelante en materia de igualdad y avance social, laboral y cultural en una zona que ve de nuevo cómo algunos cargos dejan de estar reservados al hombre.

«Asumir este puesto es un verdadero lujo; la Font está entre los recuerdos más preciados de mi infancia. Aquí veníamos al salir de clase, recorríamos 'les séquies' y subíamos por los 'sistars'; es un entorno muy especial para mí, tener la posibilidad de cuidarlo, mantenerlo, gestionarlo y mejorarlo en la medida de lo posible, es mucho más que un trabajo», apunta a Levante-EMV Sari Gil, la primera 'sequiera' de la Font.

Por primera vez, la gestión de aguas de un manantial natural, su distribución y control de calidad corre a cargo de una mujer. Es un hecho que supone todo un hito en la Comunitat Valenciana y del que tampoco se conocen precedentes en España, como aseguraban a este diario desde entidades de regantes y organismos de cuenca. «Me siento completamente capacitada para este cargo, soy una persona responsable y trabajadora, desde mi etapa de concejala en el Ayuntamiento de Faura hasta ahora, intento resolver y sacar adelante mis competencias», afirma Sari Gil.

La 'sequiera' debe ante todo velar por la distribución justa y adecuada a calendario de las aguas de la Font, además de mantener a punto los 'sistars', las acequias y las entradas de agua 'als Molins'; la limpieza de canales y acequias, la mejora del flujo del agua, así como la supresión de objetos que detenidos en los enrejados del recorrido impidan su paso.

«Cada día, a primera hora, constato el caudal del agua; posteriormente reviso el recinto de la Font y paso a recorrer los sistars, las acequias y demás para controlar que esté todo en buen estado. Limpio el tarquim y todos los residuos que encuentro, además de colocar el 'setí' y 'les cadiretes' para permitir la distribución del agua a sus respectivos pueblos», comenta.

Trabajo solitario

La soledad es una de las características de este trabajo, una dificultad mayor en determinados momentos ya que la sequiera debe colocar el «setí» cada sábado para que el agua llegue a Quart de les Valls con la salida del sol y retirarlo con el crepúsculo. «No me da miedo estar sola, mucha gente me lo ha comentado, pero yo, por el momento no tengo temor alguno. La verdad es que me gusta la dedicación, es cierto que son 24 horas al día de lunes a domingo pero, por el momento creo que es una labor muy importante».

La distribución del agua de la Font cuenta con particularidades sumamente curiosas. Especificaciones como la 'recotxa', que es el agua que no puede faltar a los municipios, pues aunque hoy en día no todos lo utilizan para consumo humano, «els llavaners» de estas poblaciones mantienen agua siempre.

«'Els llogarets' o los poblados originarios de les Valls preservaban la 'recotxa' de la Font para su consumo, como posteriormente lo hicieron los municipios de la subcomarca; ahora el sistema persiste», añade Sari Gil.

Esta mujer nacida en Quartell y afincada en Faura ha puesto a punto los siete «sistars», las acequias y el acceso 'als Molins' con el ímpetu de alguien que pretende preservar su patrimonio. «He aprendido las normas, que son muchas y muy específicas. Por ejemplo la partida de l'Arab debe recibir agua los días 6, 18 y el último del mes; el sistar de Benavites distribuye desde el día 1 al 6 el agua para Almenara y la 'recotxa' para Benavites o bien el sistar de l'Oixet, de cada 12 días, 2 va para Quart y uno para Benifairó».

La «sequiera» observa por el momento la salida de 20.000 litros por minuto del manantial. Según sus anotaciones, este verano no faltará el agua en la subcomarca; además, tal y como comenta, los regantes de la Font estan satisfechos por su disponibilidad. «Por el momento los 'vitualleros' tienen todos agua cuando la necesitan, intento que les llegue en tiempo y forma; además saben que pueden encontrarme aquí en el paraje a unas horas, con lo cual están más tranquilos».

La Font vuelve a ser protagonista de la historia de la Vall de Segó. En este caso un sistema con orígenes romanos llega al siglo XXI con la fuerza que le otorga contar con una mujer en su organigrama de gestión. La visibilización de la mujer, así como el avance en materia de igualdad, pasa una vez más por el corazón de les Valls.