La trilogía festera de Xixona arranca este fin de semana con la gran entrada de Moros y Cristianos, la apuesta al tres del municipio valenciano situado en el interior de la provincia de Alicante. Un triunvirato exitoso que rinde homenaje a San Bartolomé y San Sebastián, sus patrones, y que se estructura en tres días de fiesta en los que la historia tomará las calles del afamado enclave.

Conocida por sus exquisitos turrones, la puesta en escena de tan virtuoso acto también hará las delicias de todo aquel que se acerque durante este fin de semana a la localidad. Así, los días 24, 25 y 26 de agosto en Xixona se podrá disfrutar de una de sus tradiciones más arraigadas, una en la que no faltará el color, la música y la emoción. Y es que, la primera prueba documental que se posee sobre la celebración de los Moros y Cristianos en el municipio data de finales del siglo XVIII. Se trata de un acta capitular en la que se solicita al Ayuntamiento de Xixona permiso para realizar un "bayle de Torrente, Carreras de Hombre y Evoluciones Militares de Moros y Cristianos, bien que estas últimas no ay proporcionado lugar para executarlas sino es en la calle del Vall donde se han practicado en otras ocasiones".

Así, a lo largo de la longeva historia de la fiesta de los bandos de la cruz y la media luna, esta ha cambiado en diversas ocasiones su calendario festivo. De hecho, hasta el año 1904 se realizaban entre el 20 de enero y la primera semana de febrero, pero debido a las inclemencias climatológicas su celebración se trasladó al estival mes de agosto. La fiesta se ha adaptado para hacerla más accesible, pero su esencia se mantiene intacta.

Tres actos y un destino

La presentación de bandas el día 24 a primera hora de la mañana marca el inicio del primer acto, aunque no será hasta que el reloj marque las 18:00 horas esa misma tarde que los Festeros del Año puedan pronunciar sus palabras mágicas: "Per Xixona, per Sant Bartomeu i Sant Sebastià, que arranque l'Entrà". Y lo hará envuelta de luz, fuego, color, sonido y deslumbrante vistosidad al ritmo de la música, pero antes el municipio habrá vivido su popular Banyà desde la puerta del Ayuntamiento de Xixona hasta recorrer las calles de su casco antiguo a la señal de "agua a los marineros".

La mañana del segundo acto, el día 25 de septiembre, estará protagonizada por los Contrabandistas y Piratas. Ante el inminente ataque de las huestes de la media luna, ofrecerán su apoyo a las tropas cristianas. Unas horas después, cuando el sol comience a ponerse por el oeste, las palabras quedarán relegadas a un segundo plano y, como si de una gran producción cinematográfica de acción se tratase, los combates cara a cara mantendrán a todo un pueblo esperando la siguiente secuencia.

Al grito de "Viva Alamar! Trepemos el castillo!", las huestes moras conquistarán la fortaleza cristiana. Todo un hito que se celebrará por la noche a lo largo y ancho de las calles de la localidad. Así, en la Retreta las filas moras y cristianas se disfrazarán para parodiar aspectos de la vida pública desde el Castillo de Fiestas hasta el Ayuntamiento de Xixona. Una crítica en clave de humor que centrará la atención de los asistentes. Si parpadea se lo pierde, pues cada detalle es cuidado con mimo y ayuda a trazar una historia que todavía se alargará un día más.

El tercer y último acto de las fiestas de Moros y Cristianos de Xixona está dedicado a las hazañas cristianas. Tras la última Diana, acompañada de los primeros rayos de sol, se representará el acto más emblemático de todas las fiestas. El Juicio Sumarísimo al Moro Traidor. ¿Y cuál es la razón de tanta contienda? El amor. El de un moro hacia una cristiana, el de unos vecinos a su fiesta y el de un pueblo a sus tradiciones.

Tras la misa en honor a San Sebastián a las 11:00 horas, el Kabileo precederá a la numerosa embajada cristiana, que tendrá su puesta de largo a las 20:00 horas. Para ese momento, sus huestes ya habrán hecho retroceder al bando moro, recuperando así su fortaleza perdida la tarde anterior.

Todo un complejo relato que se viste de los colores más vivos y que suena a la melodía de las grandes bandas de música que acompañan a los comparseros en cada acto. Y es que, si por algo son tan características las fiestas de Xixona, es porque en ellas caben todos y todas. Una pequeña cruzada en la que no falta la hermandad entre vecinos, el sacrificio por devolver a Xixona una mínima parte de la magnanimidad que ostenta.

Los cargos de la cruz y media luna

Al frente de la capitanía cristiana se encuentra Sabina Alcaraz. Junto a su abanderado Juan Jesús Gilar Verdú, representan al bando de la cruz. Este año la comparsa Contrabandistas ostenta tan honorífico desempeño. La agrupación, conocida en otras localidades como bandoleros o andaluces, lucirá sus característicos pantalones estrechos de pana ornamentados con botones dorados, contrastando así con el negro y rojo de las vestiduras, al ritmo de pasodobles y alegres marchas cristianas.

Estrenaron su propia kabila en 2007 en la plaza de las Monjas, incluso el maestro Ventura les dedicó el tema folclórico "Mis rosas" en 1981. Con más de 60 festeros censados el pasado año, los contrabandistas se incorporan a la fiesta de Moros y Cristianos a principios del siglo XIX como bandoleros.

El bando de la media luna se ve representado por el capitán Álvaro Sabater Nicolau y su abanderado Pablo Castelló Torregrosa. Los Moros Vermells defienden una capitanía que conmemora este año su centenario con diversos actos como la venta del libro "Anecdotari dels Vermells" de Jaume Miquel Peidró o la inauguración de una exposición sobre sus 100 años de historia en el Aula de Cultura de la Sociedad de Trabajo el pasado mes de julio. Son los justicieros en el acto del Moro Traidor, además del cuerpo de artillería del bando moro gracias a su poderoso cañón. Sus vestimentas cuidadas con elaborados bordados lucirán más que nunca al lado de una numerosa banda de músicos que acompañará su paso a golpe de seductoras y rítmicas marchas moras.

Occidente y Oriente se dan cita este fin de semana en la localidad más dulce de la Comunitat Valenciana como recordatorio de lo que es ser pueblo y con el deseo de no perder la historia de aquello que fueron. Multitudinarios conciertos a cargo de hasta 30 bandas musicales, decenas de comparseros comprometidos con el relato que escenifican y una sola razón, el amor. El mismo que podría mover montañas, pero que empezará este fin de semana por convertir cada rincón de Xixona en un emotivo, virtuoso y espectacular cuento del que cada visitante desearía no descubrir nunca el final.