Els Ports clama a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) medidas de urgencia que permitan a los ayuntamientos actuar en la limpieza del cauce del río Bergantes ante el riesgo de una riada en episodios de elevadas precipitaciones. Los lechos presentan un evidente mal estado de conservación, con la acumulación de ramas y piedras de grandes dimensiones que, en caso de lluvias o nevadas en los próximos meses podrían causar graves afecciones a poblaciones y fincas privadas.

El consistorio que levantó la voz de alarma es el de Villores. Su alcalde, Iván Guimerà, del partido independiente Viu Villores, exige a la CHE, organismo responsable, que autorice intervenciones al paso del río por el pueblo (también afecta a Morella, Forcall, Palanques y Sorita). El primer edil explica que «tenemos el visto bueno del forestal de la Generalitat y del propio encargado forestal de la confederación, pero no nos facilita los permisos para trabajar».

Una opinión muy similar es la del alcalde de Sorita, José Ramón Guarch, del PP. «La actitud del organismo competente es vergonzosa. Si pudiésemos entrar y sacar el exceso de vegetación, tierra y piedras prevendríamos muchos problemas de futuro», remarca. Además, matiza que «somos el municipio que queda en la parte más baja de la rivera a su paso por la comarca. Si hay una avenida fluvial sufriríamos especialmente las consecuencias. No se entiende que no dejen hacer nada».

Amenaza de desobediencia civil Lo que ocurre en el Bergantes, similar en otros ríos como el Cantavella y el Calders, causa un malestar generalizado. El forcallano Ximo Segura reporta en redes sociales fotos sobre la falta de mantenimiento. «Tengo 42 años, recuerdo como antes el río bajaba bien. Era porque los vecinos podíamos limpiarlo y mantenerlo». Estima que «si hay desborde, cogerá todo lo que es suyo» y amenaza que «si la CHE no contesta habrá que coger las motosierras y actuar. La desobediencia civil estará más que justificada».