De ser criados y comercializados para la doma clásica y otras competiciones ecuestres por hasta 15.000 euros a acabar muriendo por desnutrición al no poder su dueño costear su manutención. Ese es el triste final que han tenido ocho caballos, varios de ellos pura sangre, y otros 17 se encuentran muy deteriorados después de que el propietario de una explotación ganadera de Godelleta no se hiciera cargo apenas de su alimentación y tampoco encontrara medidas alternativas para colocarlos en el mercado, incluso ofreciéndolos a coste cero.

La Fiscalía de Medio Ambiente de València ha abierto diligencias por maltrato animal contra el ganadero, de 43 años, después de que la Policía Local de Godelleta detectara una serie de irregularidades en la explotación ganadera el pasado mes de septiembre al ver que muchos de los caballos presentaban «extrema delgadez». Así, agentes del Seprona de la Guardia Civil de Benaguasil, junto a la Policía Local de Godelleta, comprobaron que en la finca había restos de al menos seis equinos muertos en avanzado estado de descomposición así como otros 19 en unas condiciones higiénico sanitarias lamentables.

Desde que se detectó el presunto caso de maltrato animal el Ayuntamiento de Godelleta se ha hecho cargo de llevar comida en camiones para alimentar a los equinos. Asimismo veterinarios especializados de la Conselleria de Agricultura también están siguiendo la evolución de los animales. Pese a ello, debido al mal estado que presentaban, al menos dos de ellos también habrían muerto en este periodo.

Las investigaciones comenzaron el pasado mes de septiembre cuando la Policía Local de Godelleta, gracias a la colaboración ciudadana, se percató de la posible situación de desnutrición de los animales en un finca ganadera de la localidad. Aunque el dueño de la explotación, de 43 años y nacionalidad española, tenía todos los permisos pertinentes y en regla para tener allí a los animales, al parecer llevaba mucho tiempo sin poder hacerse cargo de los gastos de su manutención y los caballos presentaban signos de malnutrición, mala higiene y falta de cuidados imprescindibles para su existencia.

De hecho, el estado de los animales era tal que según observaron los agentes, «de no acometer medidas urgentes, sobre todo de alimentación, la situación de muchos de ellos sería irreversible», según informaron fuentes de la Guardia Civil.

La llamada «Operación Equorum» ha sido desarrollada por el Seprona de Benaguasil, la Policía Local de Godelleta y la Guardia Civil de Chiva, en estrecha colaboración con la Fiscalía de Medio Ambiente de València. Las diligencia han sido remitidas al Juzgado de Instrucción número uno de Requena.

Estado de los animales

Tras inspeccionar la explotación ecuestre, la Guardia Civil requirió la colaboración de los servicios veterinarios oficiales de la Conselleria de Agricultura para que acudiese a las instalaciones y valorase el estado de los equinos.

La mayoría de los caballos desnutridos presentaban externamente signos de llevar meses con una alimentación pobre, con un pelaje sin brillo y estructura ósea fácil de visualizar a nivel de cruz y costillas, sin grasa en el cuello y los cuartos traseros con proyección de la estructura ósea, indicaron fuentes del Instituto Armado.

Ante la sospecha de que hubiese caballos enterrados, tras descubrir restos de numerosos huesos de caballos y crines a ras de suelo de la finca hípica, la Guardia Civil y la Policía Local de Godelleta realizaron en noviembre una segunda inspección en una parcela colindante a la explotación del mismo terrero, en la que participaron veterinarios y operarios del Ayuntamiento de Godelleta.

Al realizar varios movimientos de tierras usando una retroexcavadora durante varias horas, debido al fuerte olor a putrefacción y a un metro y medio de profundidad, fueron encontrados enterrados restos de al menos seis equinos en estado de descomposición.