En Catadau gobierna ahora una coalición progresista formada por un partido independiente y por Compromís. Han pasado de la crítica a una mayor pasividad para evitar la confrontación con la Iglesia, con la que nunca han tenido problemas, ni con el párroco, ya que hasta la fecha ningún sacerdote había protagonizado una situación semejante. Eso sí, ningún miembro del ejecutivo participará en actos que estén presididos por Luis Hernando Ramírez Calderón. A entender del gobierno, tiene todo el derecho a tener su ideología, pero desde el púlpito de la iglesia debe respetar los que no piensan como él y centrarse en transmitir la palabra de Dios. Tras expresar públicamente su descontento, ahora guardan silencio y esperan que se produzca una disculpa pública, así como un cambio de actitud del sacerdote.

También optó por guardar silencio el arzobispado de València. Tras ser preguntado por este diario, fuentes oficiales respondieron con un lacónico: «No vamos a hacer declaraciones al respecto». Una postura que no deja claro si la institución eclesiástica respalda la actitud de su sacerdote o si la censura.