El tiempo se agota y 2020 llega con retos que deben ser acometidos sin más retraso. Uno de ellos es, según el Consorcio València Interior, la recogida separada de biorresiduos o, lo que es lo mismo, los desechos orgánicos. El nuevo paquete legislativo europeo de economía circular traslada a la C. Valenciana una nueva planificación que pasa porque a lo largo de 2020 todos los ayuntamientos dispongan de los contenedores marrones destinados a restos de comida, plantas y cualquier cosa que pueda volver a la tierra.

Así lo recoge el CVI y, como recuerdan, los municipios también deberán acreditar «que a 31 de diciembre son capaces de recuperar efectivamente el 65 % de los materiales contenidos en los residuos domésticos producidos».

Para disipar dudas e intercambiar impresiones, el presidente del consorcio y alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga, mantendrá durante los próximos quince días distintas reuniones con las seis mancomunidades que gestiona el consorcio: Rincón de Ademuz, Alto Turia, La Hoya de Buñol-Chiva, las Tierras del Vino, la Serranía y el Camp de Túria.

En total, 61 municipios que, además de aplicar la recogida separada de biorresiduos, tendrán que aprobar los planes locales de residuos que hoy por hoy, todavía no tienen. La medida se exige a toda la C. Valenciana y los municipios de más de 10.000 habitantes deberán tener listo el plan antes del 31 de diciembre de 2020, mientras que los de menor población tendrán una prórroga hasta septiembre de 2021.

Allí deberán justificar «cuantitativa y cualitativamente» el cumplimiento de los objetivos de reciclado de recogidas selectivas. El consorcio les hará saber en las próximas reuniones que pueden contar con su asesoramiento y ayuda para la redacción e implantación y, en el caso de los municipios más pequeños, también podrán contar con las mancomunidades.

Otra de las herramientas que ofrecerán será la implementación de las compostadoras, tanto para uso doméstico como comunitario como forma de gestión de residuos orgánicos dentro del plan local.