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Sin solución

Los motores ya llevan un año sin rugir en el circuito de velocidad de la Ribera

El gerente del complejo de Guadassuar lamenta que un nuevo infortunio se sume a un camino repleto de complicaciones administrativas - Ya dispone del último trámite: la licencia ambiental

El Circuit de la Ribera permanece sin actividad desde que el Ayuntamiento de Guadassuar decretó su cierre en 2019. vicent m. pastor

El cartel de cerrado cumplirá un año en el Circuit de la Ribera, situado en Guadassuar. Nadie va a poder remediarlo. El complicado periplo del empresario Pascal Hidalgo ha hallado una nueva traba con la emergencia sanitaria, pero ni siquiera eso frena sus ganas: «La ilusión por reabrir permanece y cuando todo esto pase, los motores volverán a rugir», aseguró ayer a Levante-EMV.

A mediados de abril del pasado año, el ayuntamiento obligó al circuito a cerrar sus puertas al detectar una serie de irregularidades. Se inició, entonces, un episodio de reproches continuos entre la empresa y el consistorio paralelo a las denuncias judiciales. Fueron momentos muy tensos ya superados. Tanto la administración pública como los representantes del circuito han trabajado codo con codo durante meses para facilitar la reapertura, pero sigue sin llegar.

Se tendrá que retrasar de nuevo. «Somos conscientes de que cumpliremos el año cerrados muy sobradamente», reconoció Hidalgo, que prosiguió: «Al comenzar el año pensábamos que, una vez se solventasen los trámites administrativos, ya podríamos reprender la marcha, pero nos hemos topado con el virus». En ese sentido, lamentó que todo el trabajo realizado hasta la fecha no pueda verse recompensado por el momento: «Hemos estado once meses sin parar para lograr la licencia ambiental y ahora que la tenemos, encontramos un nuevo impedimento. Yo no soy una persona supersticiosa, pero si lo fuera pensaría que alguien me ha mirado mal o que en otra vida fui alguien terrible».

La crisis del coronavirus le pilló de lleno ultimando las gestiones para la reapertura. «Esto se veía venir, cuando se hablaba de la situación en Italia ya nos imaginábamos que llegaría hasta aquí. Pero en nuestra mente estaba la reinauguración. Pensábamos abrir un día entre semana, para no generar grandes aglomeraciones e, incluso, poner a alguien para contar las personas. Pero finalmente todo se ha paralizado», relataba Hidalgo, que añadía a continuación: «Ya habíamos empezado el proceso de selección del personal y contratación, estábamos preparando un calendario con actividades y algunas novedades y apenas quedaban unas cosas por pulir, como adecentar la pista y cortar el césped. Ahora, con esta situación, el único que va a trabajar al circuito soy yo, lo primero es velar por la salud de la gente».

El particular calvario de Hidalgo se alarga más de lo esperado, aunque ahora la luz del final del túnel ya parece más clara. «Tenemos muchas ganas de que el circuito vuelva a tener vida, que los motores rujan y que todos disfrutemos. Hemos sufrido mucho, sobre todo económicamente, pero saldremos adelante», concluyó.

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