La recuperación del ecosistema tradicional del Xúquer comienza a tomar forma en Carcaixent. La rehabilitación de un tramo del Barranco de Barxeta, cuyo cauce es muy temido por las inundaciones que provoca en Cogullada, y la mejora de la calidad de las aguas que van a parar a la depuradora de Alzira a través del desarrollo de un filtro verde son las dos las últimas iniciativas medioambientales.

El proyecto arrancó en 2018 de un proceso participativo impulsado por Schweppes Suntory, la multinacional que gestiona la fábrica Citresa de Carcaixent, con el objetivo de mejorar el ciclo del agua y reducir la huella de su actividad. La intervención permite trabajar en la mejora de la calidad de las aguas superficiales, recuperar el bosque de ribera, contribuir al conocimiento y mejora de ecosistemas acuáticos, eliminar las especies invasoras en las riberas fluviales y promover un uso público de los espacios naturales.

La fase de limpieza en el Barranco de Barxeta ha finalizado y ahora se abordará la repoblación vegetal, trabajos de bioingeniería en la margen fluvial y la creación de una pequeña área recreativa. La mejora del barranco y las obras del filtro verde acabarán este año y se prevé que el proyecto termine tras el verano de 2021, una vez finalice el riego de mantenimiento tras la plantación de este año.

Trabajadores de la multinacional se han implicado como voluntarios para mejorar el entorno del Barranco de Barxeta y vigilar su evolución convirtiéndose en verdaderos 'guardianes del Júcar'.