El Ayuntamiento de Gandia se ha sumado a la llamada de socorro realizada por los pescadores del Grau y ayer realizó una petición dirigida a todos los ciudadanos para que sigan consumiendo pescado fresco. Todo con el objetivo de no hundir los precios de este producto y permitir que los pescadores puedan seguir trabajando.

La concejala delegada de Pesca, Alícia Izquierdo, solicitó que estos días no se deje de incorporar este producto al carro de la compra, sobre todo si es procedente de la lonja del Grau. Izquierdo recuerda que la Cofradía de Pescadores puede seguir trabajando pese al estado de alarma, al ser declarado como sector estratégico fundamental para el suministro de alimentos a la población.

Como informó ayer este periódico la Cofradía de Pescadores de Gandia alertó de un brusco descenso en el consumo del pescado fresco a raíz de la crisis del coronavirus. El viernes en la lonja se quedaron sin vender en la subasta 3.000 kilos de producto, que se tuvieron que tirar al mar. Ni siquiera entidades benéficas lo quisieron.

Varios factores explican esta caída. Los consumidores están optando por comprar pescado congelado en supermercados, y a esto se suma el cierre de bares y restaurantes, que eran sus grandes clientes. Desde que se decretó el estado de alarma a la lonja apenas acuden compradores y transportistas, aunque la subasta también se celebra por internet. Varias cofradías valencianas ya han optado por parar la actividad, y la del Grau depende de si la demanda se incrementa.