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Residuos

Las cañas, plásticos y suciedad que dejó el temporal sigue en el Xúquer

Ninguna administración ha asumido la limpieza del cauce dos meses después - Los municipios miran a la CHJ y ésta recuerda que la retirada de arrastres corresponde al propietario del terreno

Una montaña de cañas junto al Pont de Ferro de Alzira. vicent m. pastor

Las intensas precipitaciones que la borrasca Gloria dejó en enero provocaron una espectacular crecida de los ríos que cruzan la Ribera -el Xúquer se desbordó en Alberic y Carcaixent y mantuvo en vilo durante 24 horas a los vecinos de Alzira-, que arrastró montañas de cañas y todo tipo de enseres que, al bajar las aguas, quedaron amontonados en unas zonas y dispersos en lugares inverosímiles, en otras, marcando el nivel que había alcanzado la avenida. Ayuntamientos y agricultores se afanaron en limpiar caminos y campos anegados por cañas pero, transcurridos dos meses de aquel episodio, la imagen que presenta el cauce del río no ha cambiado mucho. Las montañas de cañas pueden haberse desplazado por efecto de la gravedad tras quedar frenadas por las copas de los árboles, pero siguen allí. También los plásticos, sacos o telas que arrastraba la corriente y quedaron encalados en cualquier rama dejan constancia de la crecida.

Algunos ayuntamientos consultados miran a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) como responsable del dominio público hidráulico aunque, según explicó ayer el alcalde de Alberic, Toño Carratalá, cuando solicitó ayuda para retirar las cañas tras el último temporal, el Comisario de Aguas le respondió esgrimiendo el artículo 369 del Código Civil que deja claro que «los árboles arrancados y transportados por la corriente de las aguas pertenecen al propietario del terreno a donde vayan a parar, si no los reclaman dentro de un mes los antiguos dueños». En el caso de hacerlo, prosigue el texto, deberán abonar los gastos de ocasiones en recogerlos o ponerlos en lugar seguro.

Carratalá recordó que entre las inundaciones provocadas por la DANA del mes de septiembre y las que enero causó la borrasca Gloria, el Ayuntamiento de Alberic ha gastado entre 40.000 y 50.000 euros en la limpieza de caminos y campos que habían quedado repletos de cañas. «Lamentablemente aún quedan, pero los recursos son limitados», indicó el munícipe.

El término municipal de Alberic ha sido uno de los más afectados por los últimos episodios de lluvias en la comarca de la Ribera. En él confluyen los ríos Albaida y Xúquer y, en ambos casos, las lluvias registradas en la cabecera del primero han acabado por provocar desbordamientos en la desembocadura. La imagen de un auténtico río de cañas que avanzaba por la superficie del Albaida hasta desembocar en el Xúquer, cuando la crecida del río llegó en septiembre a Alberic, se recordará durante mucho tiempo.

A la espera de ayudas

Por su parte, el concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Alzira, Pep Carreres, indicó que el consistorio se encuentra a la espera de poder obtener financiación externa para acometer la retirada de cañas y la limpieza del cauce. Asume que la Confederación Hidrográfica no realizará este trabajo y advierte de que, por lo que respecta al suelo forestal, una calificación también reciben cauces y barrancos, la principal preocupación del ayuntamiento es en estos momentos perimetrar las urbanizaciones para tratar de minimizar el riesgo de incendio durante el verano. «No hay dinero para todo y tenemos que priorizar», indicó Carreres, mientras admitía la necesidad de limpiar el cauce, no sólo por la imagen de abandono que ofrece en la actualidad sino también por la voluntad del ayuntamiento de que los vecinos puedan acercarse al río y disfrutar de él, si bien incidió en que «habrá que esperar a que alguna ayuda nos permita quitar las cañas».

«Estamos atentos, pero tienen que ser recursos cualitativos», apostilló. El concejal alcireño explicó en este caso que la retirada de cañas puede ser un trabajo complejo por las zonas a las que hay que acceder y la necesidad de utilizar maquinaria, por lo que probablemente los contratos de un plan de empleo genérico no sean suficientes.

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