Se llama Pepe, tiene diez meses y está condenado a muerte. La responsable del refugio Compasión Animal, Laura Llácer, acusó ayer a la Conselleria de Agricultura de impedir el traslado a sus instalaciones del ternero de una granja escuela que no puede hacerse cargo y que prevé sacrificarlo, ya que la instalación ha cesado en su actividad debido a la emergencia sanitaria del coronavirus y sus dueños están confinados en su domicilio. Desde el colectivo animalista „que posee un espacio, el Santuario Compasión Animal, para custodiar animales en Enguera, en la Canal de Navarrés„ hacen un llamamiento «desesperado» para que se les autorice el traslado «y así salvar la vida de Pepe», que de no ser así morirá de inanición o será sacrificado en un matadero.

«Desde la conselleria que dirige Mireia Mollà nos han adelantado ya que no van a permitir el traslado del animal», explicaba Llácer ayer. «Ya hicieron lo mismo hace un año, con el caso de las vacas de Navalpino, cuando diez reses que procedían de un grave caso de maltrato animal acabaron en el matadero por la negativa de la conselleria a que fueran trasladadas al santuario», añaden desde Compasión Animal. «Es increíble „insiste Llácer„ que diez animales que habían sufrido maltrato y abandono murieran en un matadero sin la posibilidad de disfrutar de sus vidas ni un solo minuto más», según puso de relieve ayer la portavoz del colectivo animalista.

La presidenta de esta ONG valenciana apunta que la conselleria «nos pone trabas porque no quieren que los animales considerados de granja puedan vivir sin terminar en el matadero» y denuncia, asimismo, que «también impide que podamos ayudar a animales como Pepe, acogiéndose a normativas que no se les puede aplicar, ya que en el santuario los animales nunca van terminar en la cadena alimenticia», argumenta Llácer.

«Nadie entendería que la Generalitat Valenciana, impidiendo el traslado de Pepe al santuario, donde puede tener una vida larga y feliz, permita que lo trasladen a un matadero para poner fin a su corta vida, como ya sucedió con las diez vacas de Navalpino», insiste. Y es que ayuntamientos de todo el territorio valenciano les contactan para que se hagan cargo de animales que aparecen abandonados en sus términos municipales. En ese sentido, el caso del ternero tiene lugar apenas un mes después de que desde la propia conselleria les pidiese hacerse cargo de 40 gallos de pelea que iban a decomisar, pese a no tener instalaciones adecuadas. Es por ello que Compasión Animal ha iniciado una campaña en Change.org con el fin de reunir el máximo número de firmas para salvar al ternero. Ya llevan 14.000.