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Consecuencias

Obras con mal fario en Xàbia

La restauración de la iglesia o la construcción del auditorio, paralizados justo cuando se habían iniciado y avanzaban a buen ritmo tras años de bloqueo

Obras con mal fario en Xàbia

Ahora que dos de las obras más anheladas en Xàbia comenzaban a coger carrerilla ha llegado la crisis del coronavirus y las ha paralizado de golpe. Hay proyectos con mal fario. Dos de los que, tras superar mil vicisitudes (de presupuesto, de empresas que exigían más dinero o de trámites para rescindir contratos), sumarán otra vez retrasos son el de restauración de la iglesia gótica de Xàbia y el del auditorio. Las primeras obras, urgentes dado que el templo del siglo XVI sufre grietas y goteras, comenzaron, por fin, a mediados de febrero. La empresa EMR (Estudios Métodos de Restauración) avanzaba a buen ritmo. Tuvo tiempo a montar el andamio de la torre-campanario, uno de los puntos más deteriorados, el de la cubierta y el de la fachada oeste. Ahora la emergencia sanitaria y la paralización de la actividad no esencial han obligado a suspender unos trabajos que costó Dios y ayuda que arrancaran. El presupuesto sube a 500.000 euros y lo aporta la parroquia. Y ese dinero da para coser grietas y reparar lo que está más castigado. Luego debe acometerse otro más ambicioso para recuperar todo el lustre de esta iglesia, una de las joyas del gótico valenciano.

Hace más de una década esta restauración ya era urgentísima. La conselleria de Cultura, entonces del PP, llegó a presentar un proyecto. Subía a 2,4 millones y lo financiaba Caja Madrid. La crisis del ladrillo dio al traste con todo.

Otra obra maldita es la del auditorio. El alcalde, José Chulvi, y el concejal de Cultura, Quico Moragues, afirmaban el pasado mes de enero que, por fin, las obras avanzaban a buen ritmo. Este edificio, con aforo para más de 500 espectadores, es clave para que Xàbia supere las estrecheces culturales. Debía estar acabado en noviembre. Ahora todos los plazos han saltado por los aires. La nueva adjudicataria, Proyecon Galicia, sí que cumplía. Además, el ayuntamiento había conseguido rescindir el contrato a la primera empresa, JOCA Ingeniería y Construcciones, que abrió el «cráter» para los cimientos y ya no movió una piedra. Empezó a exigirle al consistorio más dinero.

Una tercera obra maldita que ya estaba encarrilada era la del nuevo puente de la desembocadura del río Gorgos, conocido como puente de Triana y esencial en las comunicaciones de Xàbia, ya que enlaza por la costa del Primer Muntanyar los núcleos del Puerto y del Arenal. Se acababa de demoler el viejo puente, cerrado al tráfico desde la DANA de septiembre que lo agrietó, cuando llegó la actula crisis. También el ayuntamiento tuvo que romper el contrato con la primera adjudicataria y licitar de nuevo las obras. Debían acabarse en 12 semanas.

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