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La reparación de los daños del temporal "Gloria" deja de ser prioritaria en la Safor

Costas informa a los ayuntamientos que descarta llevar a cabo ninguna actuación en el litoral hasta que se levante el estado de alarma

La playa de Bellreguard, donde aún se aprecian los efectos de «Gloria», en una imagen de este mes de abril. levante-emv

La pandemia del coronavirus que acecha al país desde mediados del pasado mes de marzo se ha convertido en la principal prioridad de las instituciones. Su lucha, pero especialmente el bienestar de vecinos y vecinas, sumado a las medidas para paliar los efectos económicos ocupan ahora el tiempo de unos alcaldes y concejales que, como la gran mayoría de la ciudadanía, trabajan confinados.

Estas cuestiones, como es lógico, han obligado a aparcar otros asuntos que no hace tanto ocupaban un lugar muy destacado en las agendas de los responsables públicos de la comarca de la Safor. Uno de estos temas son los efectos del temporal «Gloria». La borrasca que azotó el litoral de la Safor a mediados del pasado mes de enero dejó un reguero de daños en las playas y varios millones de euros pendientes de invertir en su reparación.

En aquellos momentos, la principal preocupación era recuperar esos espacios para que estuvieran listos de cara a la llegada de la temporada alta, es decir, en Semana Santa. Ahora, ni siquiera se sabe si va a haber temporada estival y eso también ha influido como factor para aparcar el asunto hasta que se relaje la crisis sanitaria. Las prioridades han cambiado, como reconoce el alcalde de Tavernes de la Valldigna, Sergi González, quien asegura que todos los esfuerzos ahora se están centrando en aprobar medidas contra la crisis del coronavirus. Como ejemplo expone que había previstos una serie de arreglos para la Semana Santa que, como es lógico, se han pospuesto.

Este municipio sufrió daños por valor de más de tres millones de euros, según las estimaciones que realizó el Gobierno local en un primer momento, aunque podrían ser más cuantiosos.

Además de la capital de la Valldigna, Bellreguard, Piles, Daimús o Xeraco sufieron la fiereza del mar durante aquellos días de invierno en los que el mar, literalmente, se tragó los paseos marítimos.

Y no es que los ayuntamientos hayan dejado los deberes para más adelante. De hecho, en el caso de Piles o Daimús sí que se han llevado a cabo actuaciones de reparación del litoral. El problema está en que las administraciones superiores como Costas o la Agència Valenciana de Turisme han paralizado todos sus trámites.

En el caso del primer organismo, dependiente del Gobierno, lo confirma el correo electrónico que el pasado 7 de abril recibió el alcalde de Bellreguard, Àlex Ruiz, en el que se indicaba que «todas las obras de la Dirección General de Costas están suspendidas hasta el levantamiento del Estado de Alarma». En este municipio, donde el paseo resultó afectado en su totalidad, el trabajo de Costas pasaba por la reparación de la placeta donde se encontraba la Font de la Roda, que será retranqueada para que quede al mismo nivel que el resto del bulevar (desaparece la forma de plaza). Este mismo organismo se comprometía a retirar los cimientos que han quedado a la vista del retranqueo del paseo que se hizo en el 96 y también de los restos de los chalets de primera línea que desaparecieron en los años 40 y que quedaron a la vista tras el temporal de enero. La otra actuación pasaba por una aportación de arena.

Ruiz explica que la parte que le corresponde al ayuntamiento está licitada. Asciende a más de 440.000 euros para los que el consistorio, además, no dispone de crédito, por lo que, de momento, está paralizado. El tercer actor en esta cuestión es la Agència Valenciana de Turismo, que se debe hacer cargo de los conductos de agua de los lavapiés y las duchas, de volver a instalar todas las infraestructuras de servicios y los juegos infantiles de la arena.

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