La llegada de las franjas horarias, impuestas para que la población segmente las salidas a la calle para pasear y hacer deporte en las fases iniciales de la desescalada, ha ocasionado una situación peculiar en dos poblaciones limítrofes y pertenecientes a la comarca de l'Horta: Moncada y Alfara del Patriarca. Separados por una estrecha avenida de dos carriles -bautizada como del 1 de mayo- los residentes de estos dos municipios vivieron ayer un sábado diferente. Al menos, en teoría. Moncada suma 21.935 pobladores en el censo de 2019, lo que ocasionó que los vecinos sí se vieran obligados a salir a la calle en los tramos designados por edades y situación personal que ha establecido el Gobierno. Sin embargo, el censo de Alfara no llega a la cota mínima de 5.000 inscritos -en 2019 se cifra la población en 3.310 vecinos-, por lo que sus residentes sí están excluidos de los tramos horarios ideados para evitar aglomeraciones. A algunos habitantes de las dos localidades apenas los separan unos pocos metros de asfalto, pero las normas ahora no son las mismas para ellos.

Manuel Valero tiene 70 años de edad y reside en Moncada. Ayer charló con Levante-EMV mientras andaba con un carro cargado tras visitar un supermercado ubicado en la población vecina: «La verdad es que es algo difícil de entender, como lo era antes cuando veías a algunos que podían bajar a sus perros cuatro veces al día para que los animales mearan y los niños tenían que quedarse en casa aburridos durante 24 horas», comentó. "Mi intención desde el principio ha sido gastar la libertad que me haga falta, con responsabilidad", expuso indignado. A escasos metros se encontraban Amparo Benet -de 60 años de edad- y Emilia Balaguer (58), que departían con tranquilidad siguiendo la distancia mínima de seguridad fijada para evitar contagios. Ambas tienen su casa en Alfara del Patriarca y mostraron una lectura similar de los acontecimientos: «Es cierto que en nuestro municipio no hay restricciones horarias como pasa en el de al lado, pero lo que debe imperar en cualquier caso es el civismo. Hay que ser conscientes de lo que hacen los demás y actuar en consecuencia. Si bajamos a la calle y hay niños jugando pues les dejamos su espacio sin problemas. Es así de fácil y simple. Es como dijo el experto: este plan no está confeccionado para que te pillen, sino para ser responsables y prudentes y colaborar entre todos».

«No parece algo normal»

Miguel Beltrán tiene 67 años de edad y vive en la parte de Moncada más cercana a la Avenida 1 de Mayo. Ayer explicó que lo ocurre no le parece «algo normal» y apuntó que «la gente de los municipios siempre hemos compartido cosas, yo por ejemplo acudo a un supermercado que está en Alfara porque lo tengo mucho más cerca. Eso sí, tengo claro que voy a cumplir con las normas siempre». Virgina Rodríguez, que también vive en Moncada, fue más crítica: «No se trata de una situación justa, pero también es verdad que la gente en muchos casos no hace caso a las normas y las restricciones. Si las personas que quieren hacer deporte salen en tropel poca valía tienen lo que nos digan y yo está mañana -ayer para el lector- he visto muchos casos».

"Es una anécdota fruto de la coyuntura demográfica"

Llorenç Rodadó es el actual alcalde de Alfara del Patriarca. Consultado sobre su opinión sobre las diferencias, argumentó que "es cierto que al ser una localidad más pequeña es más fácil que no hayan aglomeraciones. Aunque creo que lo que ocurre en este caso es una anécdota fruto de la coyuntura demográfica y geográfica". "Nosotros hemos excluido dos carriles al tráfico rodado y ya teníamos zonas peatonales. Contamos con una plantilla de ocho policías locales y no van a estar todo el dato viendo si la persona que pasea es de Alfara o de Moncada, van a priorizar otros aspectos". El primer edil también reconoció que los vecinos de ambas poblaciones comparten servicios. Uno de los ejemplos más claros es el mercado municipal de Moncada, frecuentado por muchos vecinos de Alfara: "Esto ha sido así toda la vida. Si nos separaran tres kilómetros sería diferente, pero los que viven a un lado y al otro de la avenida son casi vecinos".

Muchos son los que apuntan a la exclusión de los 5.000 residentes como un guiño del Gobierno para facilitar el día a día entre los pobladores de la parte de la geografía nacional bautizada como la "España vaciada", aunque Rodadó descartó que este fuera el caso de Alfara: "Estamos a pocos kilómetros de València. no podemos entrar en esa definición".

Alfara del Patriarca y Moncada, dos poblaciones diferentes que en la actualidad vienen la desescalada de forma desigual, pese a ser unas vecinas más que cercanas.

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