Cuando Gandia planteó el proyecto, en el año 2014, la entonces alcaldesa de Benirredrà, Loles Cardona, advirtió a su homónimo de Gandia, Arturo Torró, que el trinquet no tenía cabida en ese espacio y que sus informes apuntaban a la necesidad de modificar el planeamiento urbanístico. Torró eludió ese debate y, presentando informes técnicos propios, dio luz verde a la aprobación del proyecto. El debate que se tendría que haber generado entonces se desarrolla ahora, con la obra acabada y una sentencia que apunta a su posible derribo.