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Gandia diseña un jardín vertical para evitar el derribo del trinquet ilegal

El ayuntamiento rechaza, por unanimidad, las alegaciones de Benirredrà y anuncia varias medidas para minimizar el impacto visual - El edificio, ya terminado, ha costado un millón y medio de euros

Gandia diseña un jardín vertical para evitar el derribo del trinquet ilegal

El Ayuntamiento de Gandia ha rechazado, por unanimidad, las alegaciones que ha presentado el Ayuntamiento de Benirredrà, la comunidad de propietarios Los Sauces y otros vecinos de este municipio a la modificación urbanística con la que pretende eludir el derribo del trinquet construido justo en el límite de ambos términos municipales durante la legislatura del PP. Una sentencia ha declarado «ilegal» ese edificio, al haberse levantado sobre un párking y no sobre suelo dotacional deportivo.

Benirredrà y los vecinos que rechazaron el trinquet argumentan, entre otras muchas razones, que no se consultara con este ayuntamiento la construcción de una obra de enorme envergadura que ha costado un millón y medio de euros, pero también que con esta modificación Gandia intente eludir una ilegalidad urbanística. También apuntan al impacto visual que genera sobre el conjunto del municipio y, especialmente, sobre las viviendas más próximas, situadas a solo 19 metros de los muros de esta obra.

Gandia, sin embargo, responde a Benirredrà que en absoluto quiere incumplir la sentencia que lo declarar ilegal, sino que en su día el trinquet contó con los informes técnicos favorables, que fue después cuando se generó una discrepancia sobre si se podía o no construir en ese lugar y que se trata de una «dotación estratégica» que integra una red de equipamientos deportivos en el distrito de Roís de Corella.

El segundo apartado de las alegaciones de Benirredrà, que hace referencia al impacto visual y paisajístico, también encuentra el rechazo de todos los partidos políticos de Gandia, pero en eso existe una contradicción porque, en el intento de salvar la obra ya terminada, el ayuntamiento argumenta que el proyecto para concluir el trinquet incluye una batería de propuestas dirigidas a minimizar la distorsión que genera en el entorno. Así, no solo se plantea el mantenimiento del arbolado entre los dos términos, sino que se incluye «un jardín vertical en la fachada sur que actúe como atractivo paisajístico y mejore su vista desde Benirredrà». Además se incorpora, como medida adicional, «la plantación de arbolado frondoso a lo largo del perímetro», de manera que el impacto «es mínimo y no rompe la escena» que, añade Gandia, en la confluencia de los dos términos responde a «una conurbación histórica que el trinquete no acentúa».

Una decisión de la Generalitat

Finalmente, Gandia rechaza, como expone Benirredrà, que el trinquet distorsione la visión la iglesia de Sant Llorenç y el convento de las Esclavas, con sus tres campanarios, entre otras razones porque están «a más de 250 metros del edificio construido».

El acuerdo adoptado por Gandia en este conflicto urbanístico con Benirredrà pasa ahora a manos de la Conselleria de Política Territorial, que tiene en su mano «legalizar» el trinquet, aunque a Benirredrà le queda la vía judicial si la Generalitat le da la razón a Gandia para evitar el derribo.

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