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Alginet acumula una veintena de contenedores destrozados por el exceso de peso

Los basureros se rompen por acumular demasiada carga de residuos o podas que los vecinos depositan de manera incívica en su interior

Un contenedor sin su parte frontal, arrancada por completo. Sonia bosch

Las conductas incívicas se manifiestas de muchas maneras, aunque una de las más comunes en gran parte de las ciudades se debe a la mala gestión de los residuos por parte de los vecinos. Ésto se traduce en gastos extraordinarios para los ayuntamientos. Como el de Alginet, que se ha visto en la tesitura de tener que reponer más de una veintena de contenedores de basura en dos meses debido a los destrozos ocasionados por un uso incorrecto.

El consistorio ha realizado una llamamiento extraordinario para que la ciudadanía responda con mayor civismo, ya que doce de estos contenedores se rompieron en apenas cinco días, en varias zonas del casco urbano pero también en la urbanización Los Lagos. «Lo peor de todo es que no tiene que ver con que sean viejos. Algunas personas lanzan en ellos restos de poda o escombros, de modo que cuando llega el camión para recogerlos, se rompen al no poder soportar tanto peso», lamenta el concejal de Servicios Municipales, Miguel Ángel Garrido, que critica la falta de civismo de algunos de sus vecinos: «No es normal que tengamos que reponer tantos contenedores, ni que ciertas personas hagan lo que quieran con la basura. Todo tiene un lugar y para ello hay servicios periódicos como las recogidas de voluminosos o de poda, o incluso un ecoparque que está minuto y medio del pueblo; esos residuos no deben acabar ni en un contenedor normal ni a su alrededor», añade.

Miles de euros perdidos

La localidad realiza un gasto extraordinario cada año para reponer aquellos contenedores que se ven dañados debido a la indebida gestión de las cenizas. Pero lo ocurrido en estas semanas sobrepasa cualquiera de sus previsiones. Los desperfectos tienen una consecuencia negativa en las arcas municipales de miles de euros. «Todo se paga con los impuestos y estos malos usos repercuten en el bolsillo de la ciudadanía. Lo que gastemos en reponerlos no podrá destinarse a otros fines», asegura el edil. Garrido, además, explica que su área se encuentra en estos momentos con menos recursos que de normal: «Las previsiones no valen. Esto te cabrea porque ves que a estas alturas del año la partida presupuestaria destinada a los servicios municipales se acaba y se tendrá que ampliar».

«Después es muy fácil quejarse de que se pagan muchos impuestos o de que tenemos una tasa de basura elevada, pero es la consecuencia de estos actos», concluye.

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