Cuestan alrededor de 75.000 euros y se ha dicho de ellas que son la primera reforma integral de las aceras de esa calle en más de 40 años. Pero las obras de renovación en Cerdán de Tallada, una arquetípica calle del desarrollismo de los 60 y 70 en Xàtiva sin criterios urbanísticos amables, no solo no ha resuelto un problema, lo acentúa. Debido al desnivel de la calle y a que muchos portales y accesos a bajos comerciales tienen un escalón de ciertas proporciones, un tramo de la acera ha de tener cierta inclinación lateral entre la línea de fachadas y la calzada; un desnivel de pesadilla para personas con movilidad reducida, carros portabebé o especialmente usuarios en silla de ruedas. Sin embargo, la reforma ha dejado perplejos a estos últimos. La inclinación de ahora es tal que una silla de ruedas sufre un extraordinario desplazamiento del eje de gravedad.
Una integrante de la La Plataforma per l'Accessibilitat Universal de Xàtiva y conocida activista en defensa de la supresión de barreras arquitectónicas, Dolores Amorós, utilizó el martes este nuevo tramo (la calle aún sigue en obras) para demostrar a Levante-EMV que la nueva situación es sorprendente. La imagen que ilustra esta pieza es más elocuente que cualquier explicación. La silla de ruedas motorizada que ella utiliza se ve sometida a una inclinación de más de diez grados al paso por ese tramo recién reconstruido.
Esta pésima resolución del desnivel se suma a otras críticas. El grupo municipal de Xàtiva Unida, en la oposición, también las ha censurado. Y es que, a su juicio, se ha desaprovechado una intervención tan importante para revertir algunas de las características más negativas de esta calle: estacionamiento intensivo de coches, aceras igual de estrechas, falta de arbolado, ningún espacio de respiro peatonal... La única mejora ha sido ampliar las aceras en las esquinas.
