El implante del neuromodulador se lleva a cabo mediante una cirugía mínimamente invasiva en dos fases. En una primera cirugía, al paciente se le implantan los electrodos se le extrae a través de la piel un cable hasta un neuromodulador externo que genera los estímulos eléctricos. «Durante un mes los avances del paciente», explica García Díez. Si el funcionamiento ha sido positivo, se procede al implante definitivo en la zona de los glúteos. Ambos procedimientos quirúrgicos se realizan con anestesia local y sin necesidad de hospitalización. El paciente ha de controlar la batería instalada, que tiene una duración de 5 años