Con 24 horas de antelación, Macastre, Alborache y Loriguilla supieron que el jueves volvía el servicio médico a sus consultorios. Sin previo aviso y tras siete meses con los servicios mínimos de enfermería, teniendo que desplazarse al centro de salud de Yátova (antes al de Buñol) si se residía en Macastre o Alborache y a Riba-roja de Túria si se reside en Loriguilla. Ahora, un facultativo médico volverá a pasar consulta de forma presencial en estos centros tras haber sido suspendido el servicio en marzo, cuando se decretó el estado de alarma. Mientras, a Godelleta se le permite a partir de ayer atender a afectados por covid-19 a través de un fraccionamiento del horario, ya que su consultorio no dispone de dos entradas distintas.

Así lo anunció ayer el Departamento de Salud de Manises, gestionado por una concesionaria privada. Se han reactivado las consultas médicas en todos sus centros de Atención Primaria. Según explican los alcaldes y alcaldesas afectados, la gerencia del hospital no quería reponer el servicio médico porque los centros auxiliares no estaban acondicionados, es decir, no disponían del doble circuito que habilita una entrada para posibles casos de covid-19 y para la atención primaria habitual. Al menos, así se lo hicieron saber a ellos. Por esta razón, tanto Macastre como Alborache y Loriguilla solicitaron las ayudas de la Conselleria de Sanidad para llevar a cabo una reforma en la instalación que permita la doble atención de pacientes. Vicente Montó, alcalde de Macastre y Paqui Collado, alcaldesa de Alborache, llevan semanas redactando la memoria del proyecto para solicitar la subvención. Ahora, ya no hace falta, ya que Manises ha levantado esa exigencia: «¿Ahora ya es seguro? Lo que no nos valía en junio, ahora sí que vale», lamenta Collado. «El edificio sigue sin reunir los requisitos, pero parece que ahora da lo mismo», explica.

Ahora, los tres centros auxiliares cuentan con un profesional médico de lunes a viernes, de 8 de la mañana a 3 de la tarde. El 30 de julio recuperaron la atención de enfermería: en Macastre, un enfermero o enfermera atendía tres días a la semana, de 8 de la mañana a 11. «Tres horas para atender a los enfermos crónicos, las curas y la atención domiciliaria», explica el alcalde. En Alborache, solo han tenido el servicio de la enfermera dos días a la semana en el mismo horario. Se exige cita previa, que tendrán que solicitar en sus ambulatorios de referencia. La atención será presencial siempre y cuando se haya reservado un horario.

En el caso de Godelleta, la alcaldesa, Silvia López, asegura que el servicio médico volvió en junio, si bien ahora el Departamento de Salud de Manises ha accedido a que en el consultorio se preste atención a los posibles casos de covid-19. No porque hayan remodelado sus instalaciones, si no porque han aceptado la propuesta de la alcaldesa de fraccionar el horario de atención y destinar unas horas al día, separadas del resto, a la atención de posibles casos de coronavirus.

Mientras, en los dos municipios de la Hoya de Buñol, la reivindicación ahora es solicitar que el SAMU de Buñol preste servicio las 24 horas del día, ya que ahora solo lo hace la mitad y su disponibilidad para atender a toda la comarca es muy justa.