Hay artes de pesca y malas artes. A estas últimas pertenece la red furtiva que el sábado estaba calada en aguas de la recóndita cala de Llebeig. Voluntarios de Ecologistes en Acció Marina Alta descubrieron el aparejo. Les escamó que las boyas no tuvieran código identificativo de la embarcación ni la bandera reglamentaria. En realidad, ni siquiera había boyas. La red flotaba enganchada a garrafas de plástico.

Los voluntarios tomaron fotografías. Las enviaron a los responsables de pesca de la conselleria, que han constatado que la red se había dispuesto para la pesca furtiva. Desde la conselleria pidieron a Ecologistes en Acción que informen a los vecinos que si detectan este tipo de redes pirata deben avisar de inmediato a la Guardia Civil.

Los ecologistas se llevaron más sorpresas desagradables en su excursión a la cala de Llebeig, que comparten Benitatxell y Teulada-Moraira y a la que solo se puede acceder por tierra tras caminar un buen trecho por una senda. Unos jóvenes estaban tirando petardos y haciendo botellón en este litoral protegido.