Las muralla del castillo de Dénia cuentan historias. En el revoque de los muros, hay inscripciones de nombres y fechas. Los obreros que restañaron las profundas heridas del asedio a sangre y fuego de las tropas borbónicas comandadas por D’Asfeld, consumado experto en sitiar y subyugar ciudades, grabaron en la cal y arena todavía fresca los años (uno de los que aparece es 1728) en los que cerraron brechas y reconstruyeron los muros arrasados en noviembre de 1708 a cañonazos.

Inscripción en el revoque de las obras realizadas tras la destrucción de 1708

En el Portal dels Reis o dels Socors, cordón umbilical del castillo con el mar, la contumaz destrucción de aquel sitio todavía es muy visible. «Las marcas en los enlucidos y los vestigios del asedio nos permiten ajustar lo que nos dicen las fuentes sobre la Guerra de Sucesión en Dénia», explica el arqueólogo Josep A. Gisbert.

Los 15.000 soldados de Felipe V que llegaron con D’Asfeld a la ciudad el 1 de noviembre de 1708 superaban cuatro veces en número a los austracistas que se hicieron fuertes en el castillo. La ciudad sufría su tercer asedio. Resistió con espíritu numantino, pero todo estaba ya perdido. D’Asfeld mandó abrir trinchera y colocar los cañones frente al Portal dels Socors. Aislaba la fortaleza. El bombardeo fue encarnizado. El 17 de noviembre Dénia capituló.

El flanco del Portal dels Socors no llegó nunca a recuperar la muralla destruida A. P. F.

«La documentación que tenemos sobre la destrucción del castillo es parca. Pero el estudio de la arquitectura nos permite hacernos una idea de los grandes destrozos», apunta Gisbert, que precisa que el arquitecto Josep Ivars también ha estudiado la reconstrucción de la fortaleza tras la Guerra de Sucesión.