Quince carteles en una valla que no llega a los 200 metros de longitud. Los dueños de la ladera por la que discurre la senda que baja hasta la cala del Francés de Xàbia han cerrado este tramo litoral a conciencia. Además de colocar la valla, han colgado letreros que advierten de que los terrenos son propiedad privada y que se avisará «inmediatamente» a la policía si alguien traspasa el cerramiento. También hay carteles con una flecha que indican que el acceso a la cala del Francés, una de las más bellas del litoral valenciano, hay que hacerlo desde la cala Blanca. Cuando enviaron al ayuntamiento un escrito para advertirle de que iban a clausurar la senda de toda la vida, instaron a que se creara una ruta por la costa. Pero no es viable ni segura. Hay que trepar por los acantilados. Pero ahora, con ese contundente cierre de la vereda tradicional, los bañistas que quieran llegar a esta cala no tienen otra que hacer mil peripecias por la línea de costa.

Los dueños de esta ladera, la familia Lambert, que siempre había dejado franco el acceso, atribuye ahora el cierre a la masificación de esta costa y al peligro de que pueda ocurrir incluso un incendio. Los quince carteles delatan que el cerrojazo va muy en serio. Xàbia pierde una senda litoral que hasta ahora había tenido uso público.