Ni fiestas ni efemérides de andar por casa en las que se reúnen familiares y amigos. Pero en el «núcleo familiar o de convivencia» hay seguro un horno. Y con paciencia, un poco de maña para la repostería y un puñado de sencillos ingredientes las familias de Teulada-Moraira se han lanzado este año a elaborar un dulce típico de este municipio y único en el mundo, «la Dama».

Muchos vecinos de este municipio se metieron la tarde del martes, víspera de Sant Blai, en harina. El «semiconfinamiento» y lo fácil que ahora es adaptar la receta tradicional (el robot de cocina amasa en un decir amén) han animado a las familias a atreverse por primera vez con «la Dama». Es repostería con arte. Este bollo, similar en sabor y textura a las monas de Pascua, emula la silueta de una mujer. Tiene un ademán (un brazo en la cintura y otro en la cabeza) voluptuoso. Se utilizan granos de café y fruta escarchada para los rasgos de esta dulce figura.

Los hornos tradicionales de Teulada han mantenido viva la tradición. En los últimos años, ha nacido también el «Damo». La costumbre es que los chicos le regalen este sensual dulce a su novia. Ahora ellas también les corresponden con la intrepretación masculina del dulce.

Estos bollos deben estar listos a primera hora del 3 de febrero. Se bendicen en la primera misa del día de Sant Blai. El volteo de campanas hizo que el eco de la tradición no lo apagara ni la pandemia.

En los hogares teuladinos se merendó ayer «Dama» con chocolate. Protege de las enfermedades de garganta. Mantener las tradiciones con responsabilidad ayuda a, por lo menos, olvidar un poco la pandemia. Y ya se sabe: «Sant Blai gloriós, cura’m la gola i lleva’m la tos».