La procesionaria ha estallado este año con fuerza en el Montgó, montaña que comparten Dénia y Xàbia, y en la Granadella de Xàbia. La plaga se está cebando con los pinos que han rebrotado tras los incendios que sufrieron estos parajes protegidos en 2014 y en 2016. Esos árboles, jóvenes y débiles, son los más expuestos a que las urticantes orugas hagan en ellos sus nidos (los bolsones blancos).

La procesionaria defolia los pinos y puede llegar a secar los más enclenques. Ahora se pueden ver árboles de cuyas ramas cuelgan cuatro y cinco bolsones. Algunos están en los lindes de sendas de la Plana del Montgó.

Las brigadas del parque natural retiran los nidos que están junto a los caminos. Las orugas pueden producir sarpullidos y alergias en las personas y en los animales domésticos.

Todos los años aparecen bolsones, pero éste, por la presencia de más nidos de lo habitual, parece que la plaga será más intensa.