Ya no hay margen para retorcer los formalismos. Los dos concejales de Teulada Moraira expulsados del PSOE por aliarse con el PP en una moción de censura que apartará de la alcaldía a Rosa Vila, de Compromís, y se la dará al popular Raúl Llobell, ya son tránsfugas con todas las de la ley. El presidente de la Diputación y líder del PP en Alicante, Carlos Mazón, tras apoyar una declaración contra el transfuguismo en la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, se había puesto tiquismiquis. Sostenía que la expulsión del PSOE de Héctor Morales y Alejandro Llobell no era firme. Ahora ya no hay resquicio posible. El secretario general de los socialistas en Alicante y el secretario de la Marina Alta, José Chulvi y Óscar Mengual, han presentado toda la documentación que acredita que Morales ha perdido la condición de afiliado del PSOE y que Alejandro Llobell, que iba como independiente en la lista socialista, ya no representa a este partido. Además, el grupo municipal socialista, que integraban estos dos concejales, ha quedado oficialmente disuelto.

La documentación es cristalina. Santos Cerdán León, representante legal del PSOE, acredita que la comisión ejecutiva federal de este partido expulsó el 16 de febrero (la moción de censura se registró ese mismo día) a estos concejales. El escrito lleva firma del 23 de febrero y se acompaña de la escritura pública que da poderes a Santos Cerdán para ejercer la representación legal de los socialistas, lo que también queda claro en un certificado que igualmente se adjunta y que firma el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos.

Los socialistas no han dejado cabo suelto. Mazón, si mantiene su compromiso con el pacto antitransfuguismo, debe mover ficha y desactivar o, al menos, desautorizar y condenar la moción de censura de Teulada Moraira. Se antoja complicado. Es demasiada tentación dejar en flor de un día (20 meses) el primer gobierno de izquierdas de la democracia en este municipio y recuperar uno de los bastiones históricos del PP.

No hay vuelta de hoja en la expulsión del PSOE de Morales y Llobell. Sin embargo, el gobierno de Compromís cumplirá con un último formalismo. Al pleno ordinario de anoche ya llevó dar cuenta de que estos concejales ya son no adscritos (en plata, tránsfugas). Pero como el punto estaba fuera del orden del día había que votar su inclusión. Y lo evitó la nueva mayoría del PP y los dos exsocialistas, mayoría que en enero, pese a que Morales y Llobell seguían en el gobierno local, ya tumbó el presupuesto. La alcaldesa convocará para el lunes, la víspera de la moción de censura, un pleno extraordinario para dar cuenta. La corporación quedará enterada de que estos concejales van por libre. Un formalismo, sí. Pero esta visto que los enrevesados formulismos son la salsa de la política.