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Gandia apuesta por la compra de patrimonio en riesgo de ruina pese a la deuda municipal

La última operación es la capilla de la Asunción que será local tras permutarla por dos bajos comerciales públicos Las restauraciones de todos estos inmuebles se contemplan a largo plazo en la medida en que se capten subvenciones

Gandia apuesta por la compra de patrimonio en riesgo de ruina pese a la deuda municipal

No es un secreto que el Ayuntamiento de Gandia sigue siendo uno de los más endeudados de España, actualmente con unos 260 millones de euros, pese a los esfuerzos del Gobierno local por reducir ese lastre. Con todo, el Ejecutivo de izquierdas, formado por el PSPV-PSOE, Compromís y EUPV, además de los servicios básicos y las cuestiones más urgentes derivadas de la pandemia, no se olvida del patrimonio histórico y artístico. Y uno de esos aspectos es salvar de la ruina algunos inmuebles interesantes y en peligro, aunque para ello sea necesario adquirirlos a sus propietarios privados.

Es el caso de la capilla de la Asunción, a pocos metros de la famosa Colegiata. Hace un par de semanas la Junta de Gobierno Local aprobó una modificación puntual del PGOU para realizar una permuta que facilite la adquisición de esta ermita. La intención es entregar a cambio a los propietarios dos bajos en la plaza de les Xocolateres, locales que pasarían de suelo dotacional a comercial, y situados en una zona residencial remodelada por el ayuntamiento y reabierta a finales de 2016. Tras una década de gestiones infructuosas, a los propietarios de la capilla sí que les interesaría esta operación.

La primera referencia que se tiene de la ermita de la Asunción es del XVII, por lo que podría haberse construido a finales del siglo XVI. Poca gente ha entrado allí en los últimos años, pero se sabe que el estado es deplorable, pues prácticamente carece de cubierta, y está a merced de las inclemencias meteorológicas.

Otro caso es el de la ermita de Sant Vicent, en el margen derecho del río Serpis, lindando con Almoines. Está abandonada desde hace décadas y ha quedado «embutida» junto a unas naves de un polígono industrial. Era propiedad del Arzobispado de València. En la legislatura pasada se iniciaron los trámites para que fuera municipal, también con la permuta de terrenos. En febrero de 2019, a cambio de esta ermita, la plaza situada ante la ermita de Marxuquera y el solar del antiguo colegio Jesús Obrero, el arzobispado recibió dos solares en el PAI de les Foies, un sector en expansión entre el Grau y el Serpis.

Por cierto, en esa misma zona el ayuntamiento acordó con el agente urbanizador conservar dos alquerías más, la del Gall y la de les Boles, e invertir en su consolidación. Ambas han quedado ya integradas en un parque público que oxigenará las más de 1.700 viviendas previstas en este sector.

Sin duda, estas gestiones para incorporar patrimonio al catálogo municipal son plausibles, pero con ello el ayuntamiento también se obliga a invertir en su restauración un dinero que no tiene. Desde el Gobierno local reconocen que son operaciones a largo plazo, en la medida en que se vayan captando ayudas de otras administraciones. Mientras tanto se encargan los correspondientes proyectos técnicos.

El de la restauración de la ermita de Sant Vicent está redactado (para este 2021 está prevista una primera inversión) y se está trabajando en el de la alquería de Martorell.

«Desde Patrimonio no hemos parado de realizar estudios y proyectos para que, en cuanto tengamos la oportunidad, presentarnos a las subvenciones que salgan, y en esta legislatura hay una apuesta fuerte en este sentido», señala la concejala del área, Alícia Izquierdo, de Compromís, pero a su vez ella misma reconoce que «ahora hay emergencias sociales y económicas más prioritarias».

Por otra parte, Gandia cuenta con una iglesia municipal, la de Sant Roc, gestionada por el Arzobispado de València, que requiere periódicamente de inversiones para su mantenimiento y gasto corriente, y una antigua ermita, la de Sant Antoni i Santa Bàrbara, que desde su rehabilitación, donde se invirtió más de 600.000 euros, acoge actos culturales. También es suya la ermita de Santa Anna, que desde hace años gestiona la comunidad de padres escolapios.

Otro espacio singular es la Torre dels Pares. En 2010, tras arduas negociaciones, el ayuntamiento invirtió 2 millones de euros para adquirir este edificio del siglo XIV. Durante este año está previsto invertir 822.000 euros, de los que el 75% se pudieron conseguir con las ayudas estatales del 1,5% Cultural. Sin embargo, aunque se han realizado varias actuaciones de urgencia, con ese dinero no hay para recuperar y poner en valor las enormes dependencias y espacios de este edificio.

Antiguo edificio de Correos

Pero todavía quedan más asignaturas pendientes. Por ejemplo, la antigua sede de Correos, que formaba parte del convento de Sant Roc, edificio que sigue abandonada en pleno centro de la ciudad. En julio de 2019 se anunció que la Generalitat lo compraría para cederlo al ayuntamiento, y así aliviar la deuda municipal, pero por ahora las gestiones siguen paralizadas.

Con estas iniciativas el Gobierno de Gandia recoge las reivindicaciones de colectivos cívicos como Arc de Mig Punt, que precisamente se creó hace más de diez años para alertar a las autoridades sobre el peligro de derrumbe de numerosos elementos del patrimonio histórico de la Safor.

Un millón de euros devuelve las visitas al castillo de Bairén

Está siendo la excursión de moda en esta Semana Santa y Pascua: todos quieren conocer cómo ha quedado el castillo de Bairén tras una fase de consolidación estructural y restauración en la que se ha invertido un millón de euros, procedentes en su mayoría de fondos europeos. Las jornadas gratuitas programadas estos días para visitar el nuevo parque arqueológico están siendo un éxito. Un castillo que en su día también compró el ayuntamiento, y desde el que se divisa una espectacular panorámica del marjal y la playa. En esta legislatura también se ha restaurado el Morabito, en el paraje natural de Marxuquera, una antigua nevera que el ayuntamiento compró hace 20 años.

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