Vecinos de Pedreguer han empezado a movilizarse para salvar a «Greta». Así han bautizado a un pino de gran porte que hunde sus raíces en una ladera que se mantenía virgen en la montaña de la Sella.
Estos agrestes terrenos forman parte de la urbanización de la Sella, que mira a Dénia, al Montgó y al mar. Hay, urbanísticamente, un poco de todo: chalés, adosados, apartamentos escalonados e incluso un centro budista.
La ladera de «Greta», donde ahora una promotora está realizando un gran desmonte, era de lo poco que se había librado hasta ahora de la construcción. Más que nada porque el suelo es aquí duro como el basalto. La promotora prevé levantar apartamentos de lujo. Las máquinas están picando la granítica roca. Los vecinos denuncian que el ruido es atroz. Dicen que las máquinas empiezan a perforar la piedra a las 8 de la mañana y no paran hasta las 6 de la tarde. Piden que el ayuntamiento haga mediciones de decibelios y compruebe que descansar con ese estrépito es imposible.
Pero lo que, por encima de todo, les duele es que se talen pinos adultos y que tienen unos 70 años. Las obras también arramblan con toda la vegetación de esta agreste ladera. Estos vecinos se han encariñado tanto con los árboles que a uno, el de más porte, le han puesto nombre. Lo llaman «Greta» y aseguran que las máquinas llegarán a este pino en septiembre y lo echarán abajo. Afirman que un ejemplar como éste produce al año 130 kilos de oxígeno. Lamentan que el ayuntamiento no obligue a la promotora a plantar tres árboles por cada uno que arranca. Aseveran que en los últimos tres años la Sella ha perdido un gran patrimonio natural. Cifran en 800 los árboles que se han destruido en las distintas promociones.
Esta urbanización vive un inusitado furor. Se han construido en los últimos años numerosos chalés de lujo. Los apartamentos que se escalonan en la abrupta ladera parecían ya cosa del pasado. Pero ahora se ha iniciado esta promoción, que revela que este tipo de viviendas sí tiene mercado.
Las vistas son magníficas. Se divisa toda la costa de Dénia. Y allí abajo queda el campo de golf. El Montgó cierra por el sur la panorámica.