Los accidentes causados por jabalíes en las carreteras que unen Massamagrell con Náquera y Bétera son recurrentes, debido al incesante crecimiento poblacional de esta especie en la comarca. Los animales realizan trayectos nocturnos desde las zonas montañosas del municipio hacia el barranco del “Carraixet”, donde encuentran comida, agua y cobijo. Solo en la primera quincena de septiembre se han producido dos colisiones que afortunadamente no han ocasionado víctimas mortales. 

Pese a la gestión cinegética que realiza el club de cazadores “El Gavilán” de Náquera, existe un escenario de superpoblación en el acotado, debido esencialmente a cuatro causas, que pese a obedecer a diversos factores de distinta índole, propician que la densidad de este tipo de animales crezca de forma alarmante:

  • El despoblamiento rural
  • Aumento de la agricultura intensiva
  • El incremento de puntos de agua
  • La inexistencia de enfermedades y de predadores naturales

Por una parte, el despoblamiento rural y el abandono de la agricultura tradicional provocan que cada vez más terrenos trabajados y cultivados se conviertan en masa forestal, hábitat idóneo para este tipo de animales. Además, el hecho de que no existan ya apenas rebaños acelera todavía más este proceso, ya que cuando había pastos los terrenos forestales se encontraban más limpios y menos densos. 

Actualmente, la mayor parte de la agricultura que se realiza es extensiva, basada en la técnica de producción intensiva provoca que prácticamente durante todo el año existan frutos en los árboles, o cereales o vides que sirven de alimentación a la fauna de caza mayor. Estos campos, además, se riegan mediante un sistema de goteo que aprovechan los jabalíes para hidratarse en cualquier punto del acotado. Por esta razón, cada vez se ven más animales donde antes no era tan frecuente, como es el caso de comarcas de la costa valenciana.

Junto a estos factores socioeconómicos, también es un hecho que estos animales no se ven afectados por enfermedades que puedan mermar sus poblaciones ni tampoco tienen predadores naturales, por tanto su mortandad se produce, principalmente, por ancianidad o atropello de vehículos

Todo este incremento de población ha desencadenado el auténtico caos que la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana lleva advirtiendo desde hace años: aumento de los accidentes de tráfico, el accesos de fauna salvaje a núcleos urbanos, daños a la agricultura y a las infraestructuras rurales, endogamias genéticas, epizootias e incluso zoonosis, como el caso del peligro de peste porcina o la tuberculosis.  Según datos obtenidos de la Dirección General de Tráfico, mientras que en 2009 se registraron un total de 92 siniestros, en 2019 el número de accidentes alcanzó los 669 casos.

Ante esta desoladora situación, Vicente Arnal, presidente del club de cazadores “El Gavilán” de Náquera, solicitó a la Conselleria de Agricultura la instalación de señales en las vías afectadas alertando de la presencia de estos animales con el fin de que los conductores circulen de manera prudente.

También se insta a las autoridades a que fomenten la actividad cinegética mediante una política de menos trabas administrativas y más apoyo al sector. “Una medida efectiva que debería adoptar la Administración para reducir los accidentes a corto plazo y evitar más víctimas sería ayudarnos al Club de cazadores “El Gavilán” de Náquera a realizar ganchos y batidas y colocar, además de la señalización en la carretera, dispositivos de luz electrónica que disuaden a los jabalíes y evitan su proximidad a las vías públicas”, concluye el presidente.