Hay mucho castillo por descubrir. Hace algo más de un año terminaba la restauración del Verger Alt. Allí estuvieron los jardines del rey Felipe III y de su esposa, Margarita de Austria. Se talaron los pinos que habían colonizado este flanco de la fortaleza de Dénia. La frondosa pinada ocultaba la exuberante historia. El Verger es un delicioso edén que mira al mar. Ahora le llega el turno al Verger Baix y a la torre del Galliner, del siglo XI y donde hay incluso estructuras romanas.
La dirección general de Agenda Urbana y Arquitectura ha dado luz verde a la solicitud de subvención realizada por el ayuntamiento para «pellizcar» 491.376 euros del 1,5 % Cultural del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Ese dinero da para sufragar el 75 % del proyecto. Los otros 163.792 euros los aportará el consistorio, pero no de fondos propios, sino de los 3 millones de euros que ha rascado del programa de recuperación de la Unión Europea Next Generation.
El proyecto de restauración se está redactando. Las obras se sacarán a licitación en los primeros meses. Dénia sigue así recuperando y haciendo visitables tramos del castillo que no están para muchos trotes. El Verger Baix y la torre del Galliner, en el flanco oriental de esta fortaleza de origen islámico (la alcazaba islámica se construyó en los siglos XI y XII) y que vivió en el siglo XVII con el Duque de Lerma y V Marqués de Dénia una época de gran esplendor renacentista, están deteriorados y repletos de maleza.
La restauración del Verger Alt subió a un millón de euros y la financiaron la Generalitat y el ayuntamiento. Permitió recuperar la torre del Mig, también del siglo XI y el baluarte oriental, que también es de época renacentista. Estos espacios se abrieron al público tras permanecer muchos años cerrados al no reunir las condiciones necesarias para que se pudieran visitar con seguridad.
El castillo de Dénia, que en 1947 pasó a ser de propiedad municipal tras una compleja expropiación, esconde recovecos e historias que poco a poco van saliendo a la luz.
