Ir con la cara tapada no es extraño en estos días de mascarillas y frío. Dos atracadores irrumpieron el jueves, poco antes de las 13 horas, en la pescadería A. Viciano de Pego. El negocio está en la calle Sant Jaume, en pleno centro urbano. La pescadera y la única clienta que se hallaba con ella no se alarmaron al principio. A los atracadores solo se les veían los ojos. Llevaban la mascarilla, un gorro y la capucha. Nada raro en estos tiempos. Pero uno de los delincuentes sacó una escopeta recortada. A la clienta le propinó un empujón. Amenazó a gritos a la pescadera. Quería dinero en efectivo. Los atracadores cogieron un manojo de todo: billetes, papeles y facturas. Y salieron a escape. Fue un atraco relámpago.

«Sí, es un hecho inusual», convinieron ayer las fuentes policiales consultadas por Levante-EMV. En seguida llegó una patrulla de la Policía Local. Los agentes encontraron a la pescadera y la clienta serenas. Todavía estaban en estado de shock y no habían asimilado lo que había ocurrido.

Los atracadores se llevaron 200 euros. Las fuentes consultadas precisaron que las escopetas recortadas se utilizan para perpetrar hechos delictivos y no son armas de caza. Los vecinos ya habían visto la noche anterior a dos sospechosos merodeando por la zona.