Onil se transforma, cada mes de abril, en un auténtico escenario histórico gracias a sus populares fiestas patronales y de Moros y Cristianos. Del 22 de abril al 1 de mayo, esta festividad que honra a la patrona del municipio —la Virgen de la Salud—, es recibida con gran euforia por toda la ciudadanía de esta emblemática villa.
Su origen transporta al vecindario de Onil al año 1648, cuando la peste asoló el pueblo alicantino. La noche del 22 de abril, tres concejales del municipio se despertaron afirmando haber soñado recibir un consejo en el que se les animaba a visitar a la Moreneta de las Eras, como se conocía comúnmente en aquella época a la virgen, en la ermita casi olvidada que se ubicaba en las afueras del pueblo.
La idea fue aceptada tanto por el cura como por el consejo de la ciudad y, al día siguiente, la imagen de la virgen fue sacada en procesión por todas las calles de Onil. Se dice que, desde ese día, no murieron más personas a causa de la peste negra en la villa.
Ese mismo día, por la noche, se quemaron todos los muebles y ropas previsiblemente infectadas para evitar más contagios. Así se instauraron oficialmente las fiestas de Onil gracias a la denominada Noche de las Hogueras.
La fiesta inunda Onil
El 23 de abril, el día grande de la patrona de Onil, todo el pueblo va a recibir a la Virgen de la Salud en el portal del municipio, un momento muy emotivo y esperado por todos los colivencos.
Posteriormente, se realiza la Procesión de Bienvenida de la Patrona, cuando la virgen se traslada de la ermita a la Iglesia Parroquial. Por la tarde, y hasta el final de las fiestas, se realizan las novenas en la misma parroquia.
Del 24 al 26 de abril llega el turno de las danzas, a las que sucede la Noche de la Olleta el 27 de abril y la esperada Fiesta de Moros y Cristianos del 28 al 1 de mayo.
Fiestas de Moros y Cristianos
El 28 de abril se celebra el Dia de l’Entrà, mientras que el 29 tiene lugar el primer día de Trons, el 30 el segundo y, finalmente, el 1 de mayo, la procesión de despedida de la patrona, en la que se devuelve la imagen a la ermita, cierra el calendario festivo.
Durante estos cuatro días, en un entorno privilegiado como la plaza Mayor de Onil, a los pies del Palacio del Marqués de Dos Aguas, confluyen las tres características principales de las Fiestas de Moros y Cristianos: la soldadesca, el castillo y la embajada.
Los vistosos desfiles, las guerrillas de arcabucería con aroma a pólvora y una de las embajadas más antiguas de España tienen como resultado la recuperación de la fortaleza, conquistada anteriormente por las huestes musulmanas.
Días de guerra pacífica que culminan con el regreso de la patrona de Onil a su ermita. Una excusa perfecta para respirar historia con los cinco sentidos.
