"Bocairent estaba lleno de militares por el Aplec: llegué escondido en una furgoneta"

El IEVA conmemora el 60 aniversario del encuentro de jóvenes prohibido en el franquismo tras una "crida" de Fuster - Eliseu Climent y Antoni Miró rememoran las peculiares maneras por las que lograron acceder a la localidad

«Bocairent estaba lleno de militares por el Aplec: llegué  escondido en una furgoneta» | AFJF

«Bocairent estaba lleno de militares por el Aplec: llegué escondido en una furgoneta» | AFJF / Sergio Gómez. Xàtiva

Sergio Gómez

Sergio Gómez

El 27 de octubre de 1963, Bocairent amaneció sitiada por más de un centenar de guardias civiles y militares armados con metralletas. La pequeña localidad de la Vall d’Albaida no había sido objeto de ningún ataque terrorista: el enorme despliegue ordenado por las autoridades franquistas tenía la única misión de impedir la celebración del IV Aplec de Joves del País Valencià, cuya «crida» había sido redactada ese año por Joan Fuster. Aunque no llegó a realizarse, por la prohibición de Gobernación Civil, el acto —o mejor dicho su veto— terminó marcando un punto de inflexión en la historia del valencianismo.

Los promotores lo tenían todo organizado y contaban con los permisos municipales. Raimon se iba a encargar de cerrar a la jornada en el Teatre Avenida. Nada de eso pudo ser. Los seis autobuses venidos desde distintos rincones de la geografía valenciana tuvieron que dar marcha atrás porque los accesos a Bocairent estaban plagados de agentes de la Benemérita que restringían el paso.

«Más tarde descubrimos documentos policiales que atribuyen la prohibición a que en la organización estaba Fuster. De él decían que estaba engañando a los jóvenes valencianos», rememora Eliseu Climent, activamente implicado en montar los primeros Aplecs. «Fue una sorpresa llegar a Bocairent y ver que estaba rodeado de guardias civiles; era peor que un atentado de ETA en un estado de excepción. Me escondí en el coche de unos panaderos y conseguí estar dentro (del pueblo), aunque allí no había nada», relata Climent. «Por un lado fue frustrante, pero por otro significaba que nos tenían en cuenta. Había cientos de militares, como si fuera la revuelta de Moscú de 1917», señala el promotor cultural.

«Bocairent estaba lleno de militares por el Aplec: llegué  escondido en una furgoneta» |

«Bocairent estaba lleno de militares por el Aplec: llegué escondido en una furgoneta» | / Sergio Gómez. Xàtiva

«Vimos que la cosa iba en serio»

Coincidiendo con el centenario del nacimiento de Fuster, el Institut d’Estudis de la Vall d’Albaida (IEVA) prepara la conmemoración del «Aplec prohibido» de cara al año que viene, cuando se cumplirán 60 años de la cita. La entidad ha organizado este 9 diciembre un acto en el Teatre Avenida de Bocairent en el que se evocará el evento con la la participación de Víctor Vanyó y J.Àngel Cano y la presencia de distintos colectivos sociales de la comarca, que coordinarán actividades y harán un llamamiento a sumarse a la reivindicación de aquella fecha histórica que refleja los esfuerzos de la juventud valenciana en la larga noche franquista.

«Fue el primer enfrentamiento, porque en el anterior Aplec no había pasado nada. El inicio de esa reacción violenta del Estado demostraba que la cosa iba en serio», incide Climent, que recuerda que Fuster no llegó a ir al encuentro. «Solía dormir por las mañanas, hubiera venido a comer», bromea. Vicent Àlvarez, otra pieza clave en el movimiento valencianista, estaba en Montpellier cuando ocurrió todo, aunque Fuster le puso al día por carta de lo sucedido. Su mujer fue una de las pocas personas que iban al Aplec que logró entrar a Bocairent. «Ella y otro chico se vistieron como si fueran una pareja de novios y pudieron acceder», cuenta. El pintor Antoni Miro tenía entonces 18 años y el día de l’Aplec estaba pintando el paisaje del pueblo desde la carretera. Él consiguió adentrarse en el municipio conduciendo una vespa en cuyo costado había enganchado un soporte en el que transportaba un cuadro de enormes dimensiones que aún conserva. «Cuando la Guardia Civil me paró les dije que solo tenía ese día para pintar y me dejaron pasar. Allí me encontré amigos de Alcoi que habían podido entrar y también estaba Raimon. Nos juntamos y almorzamos por el pueblo», relata.

«Bocairent estaba lleno de militares por el Aplec: llegué  escondido en una furgoneta»

«Bocairent estaba lleno de militares por el Aplec: llegué escondido en una furgoneta» / Sergio Gómez. Xàtiva

Carme Domenech, que presidió durante mucho tiempo el Centre Excursionista de Bocairent —una de las entidades impulsoras del Aplec— tenía solo 7 años, pero aún recuerda aquella impactante imagen del pueblo sitiado. «Había mucha Guardia Civil, por el puente de acceso no se podía pasar. Estábamos jugando un grupo de niños y fuimos a verlo. Luego mi madre me dio un buen renegón y me mandó a casa», evoca, antes de poner en valor el papel que tuvieron estos encuentros del asociacionismo juvenil valencianista en pleno franquismo.

El Institut Valencià d’Estudis de la Vall d’Albaida (IEVA) ha rescatado la memoria del Aplec prohibido de Bocairent coincidiendo con el centenario del nacimiento de Joan Fuster y a las puertas del 60ª aniversario de la efeméride. Arriba, Fuster con un grupo de jóvenes en la visita al santuario de Sant Vicent de Llíria en l’Aplec del 16 de octubre de 1960 (AFJF). A la izquierda, el texto escrito por Fuster de la convocatoria del IV Aplec de la Joventut del País Valencià que debía celebrarse en Bocairent en 1963 y que motivó la prohibición. Abajo, otro de los encuentros que pudo celebrarse sin restricciones, marcados por la reivindicación de la lengua y la cultura valencianas en plena dictadura franquista.

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