Unidos por la fe y la tragedia

Unas 200 personas de los barrios más pobres de Torrent que lo han perdido todo conviven en el pabellón de El Vedat, un crisol de religiones y etnias 

Más de ocho días ya desalojados en Torrent

Germán Caballero

J.M. Bort

J.M. Bort

Torrent

El pabellón deportivo municipal El Vedat de Torrent es estos días un crisol de etnias y religiones unidos por la tragedia. Unas 200 personas conviven en este improvisado albergue gestionado por la Cruz Roja desde el día que el barranco del Poio se desbordó. De eso hace ya más de una semana y allí siguen quienes han recibido más castigo, aquellos que no tienen una casa donde volver porque lo han perdido todo. 

Por allí anda Karima, una joven mujer marroquí que no pasará de los 24 años. «Salí con mi hijo de dos meses a brazos y un hombre nos salvó cuando ya se me llevaba el agua, que me llegaba hasta el cuello», explica en un castellano muy limitado. Pagaban 400 euros de alquiler por una casa que no existe porque su barrio, el Xenillet, ha quedado arrasado. El agua se llevó también la furgoneta de su marido, con la que repartía productos de Amazon. Hoy son una familia sin casa, ni trabajo ni sustento.

Reparto de comida y ropa en el pabellón del Vedat.

Reparto de comida y ropa en el pabellón del Vedat. / Germán Caballero

Los inquilinos del pabellón de la Avenida de El Vedat son personas del perfil de Karima: gente que no tiene donde ir y, si lo tiene, les costará un tiempo recuperarlo. La barrancada ha afectado a las zonas más pobres de Torrent: el Xenillet, Mas del Jutge, La Pirámide o el Pantano. 

Faustino, un voluntario que ayuda en el pabellón a título particular, lamenta que los que quedan «son los que más han perdido». Entre tanto drama, dice, hay señales positivas. «Es una satisfacción ver este crisol de personas de diferentes religiones y etnias (musulmanes, colombianos, gitanos, evangelistas, católicos, paios…) en perfecta convivencia», asegura. «Y, por supuesto, los voluntarios. Estos chavales vienen con el corazó por delante. Si fuéramos capaces de aprender de esto...», explica. 

Al centro deportivo llegan alimentos y ropa desde los primeros días. Ahora están en otra fase. «Hemos pasado de los problemas de abastecimiento a repartir incluso a otras poblaciones», añade Faustino.

Los que llegan para pedir

A su lado, Arturo García, concejal de servicios sociales de Torrent, subraya también la labor de los voluntarios, la mayoría gente joven que se ha volcado en ayudar. Entre ellos está Tomás, un vecino que se ha instalado toda la semana en el pabellón. «He estado con el reparto de ropa y ahora estoy arriba con las comidas. Y cuando puedo, me voy a Picanya y a Massanassa a limpiar. ¿La convivencia? Bueno, al principio había algunos que se ponían nerviosos, pero con el paso de los días la convivencia mejora» afirma este chaval que estudia en el Madre Sacramento de Torrent

Enrique y dos familiares, víctimas de la Dana en Mas del Jutge.

Enrique y dos familiares, víctimas de la Dana en Mas del Jutge. / Germán Caballero

Hay gente de fuera del pabellón que llega para pedir comida. Es el caso de Maria del Mar, que ha de pasar el filtro de un policía local porque los productos que llegan hay que repartirlos primeros entre los ‘hospedados’. Rompe a llorar. «Mi marido y yo somos camareros y nos hemos quedado sin trabajo. Si no tuviera necesidad, no vendría», explica.

En la puerta del pabellón, un chico moreno enseña al resto de su familia, todos de etnia gitana, un vídeo con el móvil. Enseña como se llevan su furgoneta, arruinada por el fango, de su calle del Mas del Jutge. «El día de la ‘barrancà’ salimos corriendo de allí. No hay luz ni agua, así que no podemos limpiar», explica. 

La perra Dana

A su derecha pasea Dolores, junto a sus dos hijos Juan Carlos y Claudio y dos perros Yorkshire Terriers. Una de las mascotas responde al nombre de Dana y uno se pregunta si sólo se trata de una casualidad. «Lo peor es que uno de mis hijos está en tratamiento oncológico y todo esto le viene muy mal», lamenta. 

Blanca, voluntaria de la Cruz Roja en el pabellón del Vedat.

Blanca, voluntaria de la Cruz Roja en el pabellón del Vedat. / Germán Caballero

Blanca, de la Cruz Roja, cuenta la importancia de los psicólogos de la organización que conviven con los voluntarios. «Son fundamentales, sobre todo para los niños. Cuando esto acabe, les va a pasar factura».

Municipios valencianos afectados por la DANA

La DANA arrasó el pasado 29 de octubre con gran parte de la provincia de Valencia. En concreto, afecto nada más y nada menos que a 70 municipios, muchos de los cuales se encuentran todavía llenos de lodo, vehículos y diferentes enseres que los cuerpos de seguridad, voluntarios y vecinos están tratando de evacuar durante estos días. En el siguiente mapa interactivo puedes observar cuáles han sido los municipios valencianos más damnificados por la terrible DANA

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