Rafel Montaner, Valencia

Santa Cruz de Moya es una pequeña localidad conquense de 340 habitantes a medio camino entre Ademuz y la Serranía donde, desde hace 17 años, cada primer domingo de octubre acuden miles de personas de la Comunidad Valenciana y del resto de España para homenajear a los guerrilleros antifranquistas. El acto, que el año pasado reunió a 2.000 personas, recuerda la matanza de Cerro Moreno, donde el 7 de noviembre de 1949 la Guardia Civil mató a 12 miembros del núcleo dirigente de la histórica Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA).

Este año, sin embargo Moya vivirá la insólita paradoja de albergar dos homenajes en un mes. Uno, el ya citado del primer domingo de octubre, convocado por el ayuntamiento y organizado por la asociación La Gavilla Verde con el respaldo de la Amical de Catalunya dels Antics Guerrillers y la Amical de Guerrilleros de Francia y antiguos maquis

El otro será el domingo 23 y está auspiciado por la refundada AGLA, una asociación constituida en 1991 por ex combatientes de esta guerrilla y liderada por Florián García, Grande, el que fuera jefe del 11 sector de la guerrilla y su esposa Remedios Montero, también guerrillera. Este nuevo homenaje, que la AGLA presenta como el auténtico, cuenta con el apoyo de colectivos de guerrilleros, del Fòrum per la Memòria del País Valencià y de la asociación Archivo, Guerra y Exilio (AGE). Montero dice que al acto del consistorio «sólo irán dos o tres guerrilleros que están muy encariñados con La Gavilla y que prefieren traicionar de una manera espantosa a sus verdaderos compañeros».

Entre los antiguos maquis que acudirán mañana a Moya está José Manuel Montorio, Chaval, fundador de la Agrupación Guerrillera de Levante -embrión de la AGLA histórica- en 1945, donde combatió 7 años como jefe de los maquis en Requena. «Yo no se quien traiciona a quien - argumenta apenado- , solo diré que soy tan antifranquista como ellos, lo que pasa es que no quiero que me maneje nadie, porque ya me ha manejado bastante la dirección del PCE».

AGLA y el Fòrum rechazan un acuerdo del pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Moya de julio de 2004 por el que el consistorio asumía directamente la convocatoria del homenaje «para asegurar en el futuro la realización del encuentro» y delegaba su organización en la Gavilla, a quien la Amical catalana [entidad que en 1987 comenzó a impulsar el encuentro] había nombrado en 2003 «heredera natural de sus tareas y lucha» ante el envejecimiento que merma las filas de los maquis.

«Los muertos son nuestros»

Montero, que tacha el acuerdo plenario de «unilateral y antidemocrático», afirma que el consistorio les «ha usurpado un acto que siempre hemos organizado nosotros. Los muertos son nuestros y queremos hacer el homenaje como hasta ahora». La presidenta del Fòrum, Amparo Salvador, señala que el ayuntamiento y la Gavilla convirtieron el homenaje del 2004 «en un acto institucional vacío de contenido reivindicativo en el que se impidió participar a la AGLA».

Por contra, el presidente de La Gavilla, Pedro Peinado, niega que a AGLA se le haya echado de la organización. Respecto a la ausencia de contenidos reivindicativos, replica que la «mejor reivindicación es dejar que hablen los guerrilleros y el año pasado intervinieron ocho en el homenaje, más que nunca, e incluso hablaron los guerrilleros libertarios (anarquistas) a los que jamás se les dejó participar». El alcalde, el socialista Julián Antón Moliner, se suma a esta tesis y añade que el «verdadero homenaje a los guerrilleros es escucharles, no ponerles un dictado».