P. G. del Burgo, Valencia

La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia ha manifestado que dado que el consumo de tabaco no está tipificado como delito en el anteproyecto de ley sino como «mera infracción administrativa» el personal de servicio de admisión de los establecimientos «únicamente podrá invitar al individuo a que deje de fumar y ni siquiera podrá proceder a su expulsión del local».

La entidad afirma que dado que la tolerancia con el consumo de tabaco en los establecimientos públicos está penalizado en el texto legal con sanción grave y multa de 10.000 euros, los titulares de las pequeñas y medianas empresas hoteleras de la Comunidad Valenciana «no tendrán otra posibilidad de actuación que reclamar la presencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, lo que puede llegar a provocar un auténtico colapso en la actividad diaria de las fuerzas de seguridad». La federación valenciana, que preside Juan Carlos Gelabert, agrega que si las 335.000 empresas de hostelería «se ven en la necesidad» de solicitar la colaboración de los diferentes cuerpos de seguridad para disuadir los ciudadanos que incumplan cualquiera de los preceptos de la ley, «se puede llegar a provocar un auténtico colapso en la actividad diaria de las fuerzas de seguridad del Estado». Los empresarios aseguran que éstas son algunas de «las consecuencias inesperadas» y «los efectos colaterales» que deben tenerse en cuenta a la hora de regular la creación de zonas de fumadores en el proyecto de ley, cuyo dictamen será aprobado el próximo miércoles en el Congreso de Diputados para remitirlo al Senado.

Auguran conflictos

La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia, integrada en la Federación Española de Hostelería, apunta que la ley debe tener en cuenta la situación real del tabaquismo en los espacios de ocio y en los establecimientos públicos en general porque de lo contrario, auguran, se producirán conflictos asociados al incumplimiento de la ley y «un clima de enfrentamiento, nada deseable entre fumadores y no fumadores y un auténtico caos en las zonas de ocio nocturno que ya están acosadas por el fenómeno del botellón y la venta clandestina de alcohol».La federación aboga por crear zonas de fumadores y consensuar un calendario de implantación progresiva para que los establecimientos puedan incorporar este tipo de espacios, para los que hay que señalar también el porcentaje de ocupación.