J. Ruiz/F. Arabí, Valencia

La crisis abierta en el Partido Popular de Orihuela, a cuenta de la votación de dos planes para construir 4.000 viviendas, es de tal magnitud que obligó ayer al presidente de la Generalitat y del partido, Francisco Camps, a ponerse de acuerdo con el responsable del PP de Alicante y destacado zaplanista, José Joaquín Ripoll.

Por la mañana, la secretaría general del PP, Adela Pedrosa, anunciaba con solemnidad la apertura de expediente informativo para aclarar si la provincial de Alicante «ha marcado el voto» de los ocho concejales -liderados por la presidenta local y diputada Mónica Lorente- que no apoyaron los proyectos del alcalde campsista, José Manuel Medina. Pedrosa admitió que en este asunto estaba en contacto con los responsables del partido en Alicante y que esperaba una decisión. Paralelamente, la cúpula del PP que comanda Ripoll hablaba de expedientes informativos pero, en este caso, para averiguar por qué los concejales que están con el alcalde se desmarcaron de las directrices de la presidenta local, Mónica Lorente, y votaron a favor de los proyectos urbanísticos.

Mientras de puertas para afuera se escenificaba el desencuentro, el presidente Camps y Ripoll cerraban un acuerdo discreto para que la sangre no llegue al río y la dirección provincial sea la que ponga orden. De esta forma, Camps quiere abortar la amenaza de ruptura que podría tener consecuencias en las Cortes Valencianas. Lorente es diputada y una hipotética sanción podría abocarla a inaugurar el grupo mixto. El vicepresidente, Víctor Campos, puso paños calientes al indicar que el Consell no prevé ninguna medida disciplinaria contra el secretario autonómico de Agricultura, Antonio Rodríguez, uno de los ediles que votaron contra el alcalde. «El Consell no puede valorar actuaciones que afectan al ámbito municipal», afirmó. Dijo que Rodríguez no actuaba como alto cargo sino como edil.

El líder socialista, Joan Ignasi Pla, también echó balones fuera y se lavó las manos. Preguntado por la actitud del edil del grupo socialista Isidro Hernández, Pla zanjó por la vía rápida: «No es militante del PSPV; no hay militantes del partido en Orihuela». La agrupación local quedó disuelta, pero el concejal Hernández está bajo la marca institucional del grupo socialista.