Levante-EMV, Valencia

Ni los parlamentarios más experimentados y que han mostrado mayor corrección en su comportamiento están exentos de un descuido o de una actuación que pueda ser cuanto menos cuestionada. El vicesecretario regional del PP y portavoz adjunto en las Cortes, Ricardo Costa, utilizó un vehículo y un chófer alquilados por la Cámara para desplazarse a la cena de inicio de curso político que los populares celebraron el 2 de septiembre en La Cartuja de El Puig, aunque él argumentó que lo hizo porque previamente había tenido que ir a recoger a dos diputados nacionales al aeropuerto, motivo por el que había solicitado un vehículo institucional.

A la cena asistieron dos mil cargos y militantes del partido, entre ellos, el secretario general, Ángel Acebes, el presidente de la Generalitat y del PPCV, Francisco Camps, y el portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana. Según la documentación a la que ha accedido este periódico, el servicio costó 203,30 euros. Costa explicó que, por acuerdo de Mesa, los portavoces adjuntos tienen derecho al uso de vehículos, por lo que, al tener que recoger -en su condición de portavoz adjunto- a dos diputados, cursó la debida solicitud.

Quizá porque no había coches disponibles o porque es lo habitual, los servicios de la Cámara contactaron el mismo día 2 con una firma de alquiler de automóviles con conductor. A partir de ahí, la versión que figura en la documentación y la del diputado no coinciden.

Según Costa, el vehículo lo llevó a él solo al aeropuerto. Tras recoger a los parlamentarios -que no eran ni Acebes ni Zaplana-, se les trasladó a su hotel en Valencia, donde se quedaron, mientras él prosiguió ruta hasta La Cartuja. El coche ni siquiera entró, evocó Costa, ya que lo dejó en la rotonda anterior. Tampoco lo esperó hasta que concluyó el acto, recalcó, regresando a Valencia con un amigo. De modo que el uso estricto para ir al encuentro del partido fue de apenas 20 minutos, en total hora y media aproximadamente. Los dos diputados nacionales también iban al acto pero lo hicieron posteriormente por su cuenta, afirmó.

Discrepancias

En cambio, el documento que remitió por fax un funcionario de las Cortes a la empresa alude a un «servicio durante la tarde y noche» del 2 de septiembre. Según refiere, consistía en la salida de Valencia a las 18.45 horas con dos personas para trasladarlas al aeropuerto, donde se recogería a otras dos personas que serían «trasladadas nuevamente a Valencia (dirección a concretar) y, posteriormente saldrán cuatro personas a cenar a la Cartuja en el Puig, volviendo a la capital después de la cena para finalizar el servicio». Agrega que el resto de detalles los especificará «el propio usuario (Ricardo Costa Climent)». Finalmente, pide que se le facilite el nombre y móvil del conductor, «así como matrícula y modelo del vehículo».Con fecha 5 de septiembre, la firma emite factura a las Cortes en concepto de «Coches 607. 1º/Servicio a disposición. Servicio 8 horas con 150 incluidos». El importe sube a 190 euros más IVA. En total, 203,30 euros. En la página web de la firma, la tarifa por el alquiler de un Peugeot 607 (catalogado como Clase B) por 8 horas y 150 kilómetros es de 180 euros, sin IVA, y luego la hora extra se paga a razón de 18 euros y el kilómetro, a 0,58 céntimos. La dieta del chófer por comida es de 18 euros. Costa subrayó que, con independencia de lo que indiquen esas notas, el uso que hizo del vehículo es el que explicó y agregó que se puede demostrar que volvió de la Cartuja con un amigo. «Es muy sencillo comprobarlo. Se puede llamar a la empresa y al chófer y lo dirán», afirmó. La contratación de un servicio por parte de las Cortes no presupone que finalmente su uso fuera ese. Los actos partidistas están poblados de coches institucionales pero esta práctica está tan extendida como cuestionada. En el Parlamento se han dado varios casos de uso de automóviles para actos de partido. Las responsabilidades orgánicas e institucionales se solapan y muchas veces es difícil discernir unas obligaciones de otras.