Mónica Ros, Valencia

La Asociación Española de Enfermos de Hepatitis C nació en Valencia, hace siete años, con el caso Maeso. Sin embargo, en la mesa informativa que la entidad instaló ayer en la plaza del ayuntamiento nadie preguntó ni por el juicio que se está celebrando por un contagio masivo, ni pronunció siquiera el nombre del anestesista.

Cerca de 1.000 personas se acercaron ayer a esta mesa informativa para solicitar información o a realizar alguna pregunta. Muchos, simplemente dijeron «ánimo», y la sonrisa de aquellos que formaban la mesa brotó de manera inmediata.

El objetivo de la campaña de ayer era informar sobre esta enfermedad «tan desconocida» y mandar un mensaje tranquilizador a la población. «La Hepatitis C no se conoce. Existe mucha ignorancia en cuanto a su transmisión -únicamente por vía sanguínea-, el tratamiento a seguir y los métodos de prevención», comentó la presidenta de la asociación, Amparo González. Por ello, repartieron libros, trípticos, pegatinas, un palmito, y una revista, entre otras cosas.

Enfermedad asintomática

El 3% de la población padece esta enfermedad. Por ello, desde la asociación señalaron que «hemos echado de menos la presencia de la Conselleria de Sanidad, que debería haber estado aquí apoyándonos» y pidieron que «no tengan miedo porque no se está hablando del caso Maeso. Estamos informando y ellos deberían estar aquí apoyando a este 3%». Y es que criticaron que desde la Generalitat «ni tan siquiera hayan realizado una campaña informativa y de prevención».

La presidenta de la entidad explicó que si 3.600 valencianos tiene Hepatitis C, otros ni tan siquiera los sospechan. Y es que esta enfermada es asintomática en la mayoría de los casos. Es decir, el enfermo se encuentra perfectamente y el diagnóstico suele realizarse con motivo de un chequeo o una donación de sangre. Y ahí viene el problema. «Cuando a una persona le diagnostican la Hepatitis C se derrumba. Y salir de la depresión es muy duro. Por ello, el 60% de los síntomas que padece el enfermo son psicológicos, y el 40% físicos», explicó González, quien aseguró que la mayor preocupación se centra en saber cómo se ha producido el contagio, «algo que es muy difícil de averiguar».

Sin embargo, desde la mesa informativa aseguraron que un enfermo de Hepatitis C «puede hacer vida normal y debe darse cuenta de que tiene toda la vida por delante».