Regina Laguna, Valencia

«Paco, soy García de Lomas, estoy en un hospital privado y se ha detectado un contagio de hepatitis. Y parece que el foco es un anestesista que trabaja en la pública y en la privada.» De nuevo la fatídica conversación telefónica del 3 de febrero de 1998 entre la Casa de Salud y la conselleria, con el director general de Salud Pública, Francisco Bueno, como interlocutor, prueba de que Sanidad conoció el brote de hepatitis C antes del 20 de marzo y que no hizo nada para atajarlo durante ese periodo en La Fe.

La respuesta ante esta escueta comunicación fue, según declaró ayer Miguel Herraiz, que dijo el doctor García de Lomas: «De parte del director general, que Maeso no vuelva a trabajar aquí.» La conversación telefónica la transcribía literalmente el doctor Miguel Herraiz, director médico de la Casa de Salud, durante su declaración en el juicio por el contagio de hepatitis C, sumándose a los otros cuatro testigos que venían a desmentir la declaración del subsecretario de Sanidad, Rafael Peset, quien el pasado lunes manifestó ante el tribunal que la conselleria tuvo conocimiento del contagio el 20 de marzo.

Pero la revelación de la semana llegó casi al final de su comparecencia, cuando Herraiz explicaba el encuentro en la misma conselleria entre la dirección de la Casa de Salud y el conseller de Sanidad, Joaquín Farnós, con sor Lucía presente, además de Francisco Bueno y los abogados de ambas partes.

«Agresivo, prepotente...»

El director de la Salud explicaba al conseller cuándo y cómo habían denunciado el brote. «El conseller Farnós tuvo una actuación impresionante, de mal, de agresivo, de prepotente...», declaró Herraiz. Explicó que, a la hermana Lucía, en más de una ocasión, le dijo: «¿Usted sabe que yo le puedo cerrar el hospital?» Dos horas antes, a la hermana Lucía Ibáñez, ex gerente de la Casa de Salud, le había preguntado por la misma reunión y su respuesta había sido: «No me acuerdo.» Cuando le recordaron a Herraiz que la hermana no lo había citado poco antes, respondió: «No lo ha dicho porque ella es muy buena.» Durante la sesión de ayer, la hermana Lucía estuvo mucho más comedida que el día anterior.

Según Herraiz, durante ese encuentro, «nos sacaba el librito de las enfermedades de declaración obligatoria y tratábamos de defendernos...». El director médico de la Casa de Salud explicó que pusieron sobre la mesa la documentación para justificar que no denunciaron antes el contagio porque no se trataba de un brote. Los datos médicos aportados hacían referencia a que, de 718 pacientes de Telefónica tratados en la Casa de Salud entre 1995 y 1997, tan sólo siete tenían la hepatitis C, lo que daba un índice de prevalencia del 0,90%, cuando para ser considerado un brote en España, debe superar el 2%. «Por tanto, no estábamos ante un brote, sino ante un acoso de la Conselleria de Sanidad», sentenció Herraiz. Después se dirigieron al Colegio de Médicos a entregar la misma documentación. Por la tarde, comparecían ante la Uesca, al haber sido expedientados junto con los médicos de Telefónica que denunciaron. Otra revelación de Herraiz es que fue la conselleria quien les aconsejó hacer el comunicado de prensa emitido el 23 de marzo. «Nos obliga Paco Bueno a que saquemos la nota, bueno... nos recomienda...», puntualizó al momento el doctor.